La banda de rock Utopians presenta "Vándalo" donde volvió a sus orígenes alternativos.

El grupo de rock alternativo Utopians presentará hoy a las 22.30 en la sala porteña La Trastienda (Balcarce 460) su quinto disco de estudio "Vándalo", donde expone la influencia de la new wave, el post punk y el pub rock británico, tal como lo define su vocalista Barbie Recanati, quien señaló que "volvimos a nuestro costado dark y alternativo".

La fuerza, la garra, la violencia eléctrica que siempre caracterizó a los Utopians desde su comienzo garagero siguen intactos, pero en este disco las guitarras de Gustavo Fiocchi y de Barbie Recanati optan por un trabajo más sónico, más sutil y los riffs trabajados sonoramente de otra manera que con el distorsionador a full.
Y además se suma la decisión de la vocalista de dejar de gritar y apostar a cantar, a jugar con su voz, sumada a la importancia que cobró la base integrada por el bajista Mario Romero y el baterista Larry Fus, que le dieron un groove notable al disco y golpes diferentes desde los parches.

Antes de viajar al Sonic Ranch de Texas donde grabaron el disco en consola de cinta con Hernán Agrasar y Eduardo Bergallo, Recanati reconoció haber escuchado mucho a los británicos Dr. Feelgood liderados por el guitarrista Wilko Johnson y el vocalista Lee Brilleaux.
Además en este disco, Utopians decidió explorar el abanico lo más amplio posible de la etiqueta de rock alternativo, explorando desde el post-punk de los primeros 80, la new wave, sonidos dark, el shoegaze y demás estilos, con muy buen gusto por parte de Barbie y su equipo.

El disco, que tiene un audio excepcional que permite escuchar un montón de sutilezas, toques y arreglos, abre con la guitarrera "Algo mejor", donde se nota la decisión de la banda de reconducir la energía, de distribuirla de otra manera y deja en evidencia otra de las influencias de Utopians, como el Patti Smith Group.
“Este disco fue como volver a la música que tiene que ver con las canciones que yo escucho en casa. Con 'Vándalo' quisimos mover las influencias más grandes.

-¿Uno de los grandes cambios es que este disco esta íntegramente cantado en español?
-Hay cosas que se dan de modo natural, muy orgánico. Yo arranqué a cantar en español en el segundo disco y recién en "Vándalo" logré encontrar mi identidad vocal, sentirme cómoda. Con el tema del idioma me llevó un tiempo sentirme totalmente libre para hacer lo que quería en las canciones.

-¿Sos de escribir y dejar las canciones grabadas así, en un estado casi salvaje?
-Cuando grababa me costaba darle más vueltas a la canción, no la quería dejar como estaba. No tengo timidez pero tengo bloqueos, me pasa a la hora de escribir letras. No me despierto inspirada, todo es más culo-silla, soy catártica pero me sale cuando me siento. Una cosa es la canción que sale y la otra la que haces, casi matemáticamente. A mí me gusta más la canción que sale.

-Estuvieron ensayando largamente todas las canciones pero en las dos últimas semanas, algo cambió...
-Mi viejo hacía nueve meses que esperaba un trasplante de hígado en una situación donde mi cabeza lo tenía terminal y veníamos bajando los brazos. Y 15 días antes de viajar, apareció el órgano para mi papá y la operación salió muy bien.
Y cuando me liberé de la situación me salieron seis canciones que fueron derecho al disco y nos fuimos finalmente a Estados Unidos sabiendo qué íbamos a grabar.

-¿Pero te motivo o inspiró la situación de tu padre?
-No sé, porque las canciones que escribí no tenían todo que ver con mi viejo. Si me pasaba antes de escribir esas seis canciones nuevas que sentía que eran muy forzadas, estábamos en enero ensayando las canciones y estaba muy lejos de estar conforme con lo que iba a hacer, no podía poner melodía, letra, nada.
Al final quedó este disco que es más cancionero, más enfocado en melodías de guitarras y voces que en cortes. Es un momento de la vida también. Uno crece y si todo sale bien, aprendés cosas nuevas y expresás cosas nuevas.

-¿Cómo les funcionó grabar en medio de un desierto texano?
-El paisaje, el aislamiento sin acceso más que a la heladera, la cama y el estudio es, muy fuerte. Es una diferencia que no notás hasta que te pasa. Tu energía nunca se va de ahí y va creciendo, estábamos como hipnotizados no había noticieros, ni Tinelli, ni amigos, ni kiosco, nada.
Me paso que en Nueva York no sentí una diferencia sociocultural muy grande y, de repente en Texas, ves a los gringos en motorhomes con sombreros de cowboy, armados hasta los dientes. O los ves en un bar, limpiando sus armas pesadas, sus rifles y decís “esto es una locura”.
Cuando ves esa exhibición de armas te das cuenta, porque cada dos por tres tienen episodios de una persona que entra a un cine, un colegio o una universidad a matar gente. Es muy violento.