A los 61 años, el Indio Solari volvió a rugir como en los mejores tiempos de Los Redondos. Ayer copó e hizo temblar a Tandil con el único recital que brindará en el año y para el que lo acompañaron 120.000 almas incendiadas.
No lo hizo Paul Mc Cartney, tampoco Jonas Brothers ni Luis Miguel. El único que demostró tener semejante arrastre fue el Indio, que tocó ayer, en El hipódromo de quella ciudad bonaerense, en una “misa” en la que no faltó nada.
Durante los días previos al recital que Carlos “El Indio” Solari dio ayer en el Hipódromo de Tandil, la ciudad no habló ni respiró otra cosa que no sea la llegada de miles de fanáticos, que lograron reencontrarse con su ídolo después de una ausencia de dos años en los escenarios.
Público y banderas de Tucumán, La Rioja, Buenos Aires, Córdoba y hasta España vibraron y flamearon desde mucho antes de las 22 de ayer, cuando el Indio subió al escenario y abrió con “Jugo de tomate frío”.
El Hipódromo abrió a las 15.30. A las 21, la enorme planicie coronada por el escenario ya lucía colmada. Con pantallas de alta definición y un sistema de amplificación que duplicó el volumen de su anterior excursión tandilense, en julio de 2008.
El concierto arrancó poco antes de las 22:00 con "Jugo de tomate frío", famosa canción de Manal y un clásico del rock nacional que provocó el estallido de la multitud.
Solari repasó los temas de sus dos discos solistas, “El tesoro de los inocentes” y “Porco Rex”.
Y, apoyado en la contundencia y la sapiencia de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, también le sacó lustre a clásicos ricoteros, que dejaron a “las bandas” en las mismas puertas de un nuevo cielo.
Según publica Crónica en su edición impresa de hoy, el miércoles pasado Tandil comenzó a recibir a miles y miles que se asentaban en sus campings y hostel para tener una experiencia única, transformadora.
Para 2011, el Indio promete cinco recitales en distintas ciudades del país. Dando comienzo a una expectativa y ansiedad difícil de controlar, todo sea por participar del pogo más grande del mundo… Ji, ji, ji.
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