Temerosa de volver a ser testigo de la presión mediática a la que se vio sometido el emblemático John Lennon en los años previos a su muerte -el músico fue asesinado en 1980 tras recibir cuatro disparos- su viuda Yoko Ono siempre se ha mostrado reacia a la idea de que su hijo, el también músico Sean Lennon, haya querido consolidar su propia carrera discográfica.
"Ni John ni yo quisimos nunca que Sean se dedicara a la música ni que adoptara un estilo que recordara al de los Beatles o al trabajo de su padre. Personalmente, yo quería que fuera arqueólogo o que se dedicara a cualquier otra cosa que no tuviera relación con el mundo de la música, porque temía que sucumbiera a la presión que conlleva ser el hijo de John Lennon. Yo también soy artista y he pasado por eso. Aun así, puedo decir que Sean es un músico con mucho talento", confesó Yoko Ono al diario The Sun.
Con el paso de los años, la artista japonesa no solo ha aceptado con normalidad las inquietudes musicales de su único hijo, sino que también ha llegado a reclutarlo como director creativo de su renovada Plastic Ono Band -la banda que fundó en los '70 con John Lennon, Eric Clapton y Ringo Starr-, lo que lleva ahora a la orgullosa madre a presumir del papel que Sean ha jugado en el renacimiento de su carrera musical.
"Sin que yo me diera cuenta, Sean consiguió salvarme a mí y a mi carrera musical. Estoy convencida de que sin su ayuda no hubiéramos logrado relanzar el proyecto", aseveró.
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