Los “Pesados vestigios” de La Renga encabezan la flamante oferta de nuevas producciones discográficas, en una semana en la que también asomaron el estreno de Sombreros, la tercera placa de Sol Pereyra y las chicas de Holy Cows.
Nueva producción del trío de Mataderos que recupera el gusto por el hard rock, con un sonido power, una interesante variedad rítmica y mantiene la línea lirica de buscar la libertad en los caminos, sean rutas por tierra, aéreas y mares.
El disco viene en una cuidada presentación que simula un cofre, una serie de diapositivas en color ocre en las que se ve a la banda y amigos convertís en una suerte de bandidos de principios del siglo XX al estilo de John Dillinger, Bonnie y Clyde o el mismo Bairoletto.
Además las letras viene en un cuadernito tipeado por una maquina de escribir, sumado a una plantilla de estampillas con figuras elegidas por la banda.
La banda compuesta por Gustavo Chizzo Napoli en voz y guitarra, Gabriel “Tete” Iglesias en bajo, Jorge Tanque Iglesias en batería y Manuel Varela en armónica y saxo, entrega así su 10 disco de estudio por su propio sello La Renga Records, bajo la figura de la Unión de Músicos Independientes (UMI).
Este ultimo date no es un detalle, la Renga ha trazado su propio camino de independencia, credibilidad, sin perder ni un gramo de veracidad, convirtiéndose en la banda de culto de miles y miles de seguidores en todo el país.
El disco abre con el movedizo hard rock “Corazón Fugitivo”, donde Napoli vuelve a su tópico de escribir sobre la lucha por la libertad, que para su idiosincrasia es tomar una ruta, un auto y una moto y viajar hacia cualquier o a ningún lado. Aunque en esa ocasión, suma la idea de tomar un barquito o velerito y emprenderla hacia el mar, poniendo proa hacia donde surja, hacia donde el destino quiera.
La banda suena poderosa, Chizzo destaca las guitarras y las pone como nave insignia, pero detrás aparece Tanque como la maquina de este tren que funciona desde 1988 y que los ha convertido en una de las bandas más convocantes de la Argentina y en un genuino representante de la clase obrera.
“Uhh donde esta mi hogar, uhh mi casa se aleja/ uhh a dónde va mi hogar” es el estribillo de “Nómades” la segunda canción del disco, un tema cuasi metalero que Chizzo canta con ese tono que lo emparenta con Ricardo Iorio, mientras su guitarra despliega solos y figuras.
Una de las más gratas sorpresas y más ricas canciones es la densa y oscura “Sabes que” en la que el ex Vox Dei Ricardo Soulé participa con su voz y su violín. En su letra, Chiozzo habla de la necesidad de enfrentar las adversidades, de pelearle a la cruda realidad, mientras la banda despliega un medio tempo épico.
La Renga y Soulé llevan varias años compartiendo zapadas y beldadas rockeras en el proyecto de La Rocka de Jorge “Corcho Rodríguez, pero además el disco “Cuero Caliente” de Vox Dei es casi fundacional para la movida metalera argentina y para la escena stoner.
Con un solo emocionado, impetuoso, Chizzo le da un toque épico a la melodía, mientras Soulé acompaña con su violín los rulos más graves que da el grupo.
Otra joyita es la que cierre el disco el “Masomenos blues”, que abre con acordes casi ebrios de cantina que lentamente se van convirtiendo con distorsión y slide en un blues sureño americano, exquisita, con el apoyo de Varela en la armonica.
La canción huele a Delta, el del Tigre o el del Mississippi, a bar, a pulpería o parrilla rutera, y Varela con su gran trabajo en armónica trae el cielo pleno estrellado en medio del campo, mientras Chizzo juega con su guitarra a arrancarle lamentos. Y la letra vuelve a hablar de aquellos nomades solitarios, viajeros del tiempo, héroes locales que desaparecen en medio de la noche.
“San Miguel” es una marchita rockera, con mucha épica, en la que la banda se pone liviana y por momentos pesadas, mientras Chizzo elige, para hablar de la libertad, a un amigo llamado Miguel o tal vez a un grupo de rengos de esa localidad bonaerense.
“Pole” es un rock power, que abre con la guitarra chirriante y esta si es una canción dedicada a un amigo, un actor callejero o un artista de circo, un poeta urbano. Y como a lo largo de todo el disco, la banda invita con su ritmo a viajar, a tomar cualquier ruta y alejarse con locura.
“Muy indignado” es un rock con una letra con fuertes mensajes sociales y conforma con “No para de aletear” el segmento más cercano al metal del disco.
“Motorock” abre con un grupo de bronces emulando a una vieja orquesta de jazz en algún tugurio de Nueva Orleans y luego vira a un rocanrol bien motera, honrando un placer de Chizo, Tanque t tete, que gustan de subirse a sus naves y recorrer las rutas argentinas, en especial la 40.
“Día de sol” recupera ese clima rockero fresco, rutero, de ruta junto al mar, con el viento pegándote en la cara, los labios partidos de tanta resolana y una letra critica de esta sociedad posmoderna.
Desde su caja hasta las canciones, “Pesados Vestigios” es un gran disco, que recupera a la mejor Renga, que los muestra divirtiéndose en sonidos más stoner o de rock sureño, caminos en los que esta banda encontrara mucho rédito y grandes satisfacciones.
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