Flores para Almafuerte

Luego de compartir fecha y escenario con Deep Purple en el reciente Cosquín Rock, Almafuerte regresó a la Ciudad de Buenos Aires para celebrar sus catorce años de existencia. En una ceremonia sencilla, rockera y muy pasional, veintitrés temas fueron suficientes para sacar a relucir la chapa de referente metalero local. La convocatoria se dio el sábado pasado en Capital Federal, bajo un calor agobiante.

Antes de que Almafuerte saliera a escena, “Custom 71? había entretenido al teatro capitalino durante poco más de cuarenta minutos. Su cantante reverenció con suma perfección la estética metalera convencional y los discursos extremistas, algo anticuado en estos tiempos.

Ahora sí, firmes e imperturbables, los músicos pisaron el escenario a las diez en punto. La apertura del show empleó los primeros dos tracks de Toro y Pampa: “Debes saberlo” y “Pensando en llegar”. La voz rugosa de Ricardo Iorio acompañó codo a codo los punteos espléndidos del Tano Claudio Marciello (guitarra) y Beto Ceriotti (bajo), y la furia de Bin Valencia sobre sus parches de batería.

El repertorio continuo con “Patria al hombro”, “Triunfo”, “Del más allá” y “Allá en Tilcara”, la melodía campestre incluida en el disco Peso Argento junto al Cadillac Flavio Cianciarullo. Le siguió “La máquina de picar carne” (con una exhibición del talentoso Tano) y la oda a los amigos y el asado: “Toro y pampa”.

Ceriotti pegó varios saltitos, se movió incesantemente y entregó su cuota habitual de poses fotogénicas. Debajo, el público empujaba y no tiraba la toalla.

Iorio, “hombre de rock, bruto como un toro. Y también con unos huevos así de grandes” (como lo describió alguna vez Víctor Pintos), es un verdadero personaje en vivo. Palmea con sus dos manos ó con una sobre la rodilla, marcha sólido sobre las tablas y empuña y pega piñas al aire.

“Si me estás buscando”, “Convide rutero”, “El visitante” y “Yo traigo la semilla” (de los uruguayos Cuchilla Grande) llegarían antes de las once de la noche. Iorio pidió una pausa y se dirigió a los camarines. Así, Marciello en compañía del bajo y la batería, interpretó cuatro canciones de su autoría. El set de instrumentales y cantables mezcló “De pie”, “Adelante”, “Ceibo” y “Vengo”. Una previsible ovación de los oyentes emocionó al violero, quien exclamó “qué fabuloso loco, no lo puedo creer”.

La parte final, con Iorio de vuelta, reunió a “Ser humano junto a los míos”, “Homenaje”, el clásico “Almafuerte”, “Donde está mi corazón” y “Sirva otra vuelta pulpero”. En el ínterin que precedió a “El pibe tigre”, el ex V8 y Hermética apuntaló contra la escasa repercusión mediática en el festival cordobés. “El otro día tocamos en Cosquín para veintidós mil y no me pasaron en la radio…”. Y despotricó contra la banda de Sebastián Teysera: “La Vela Puerca es por donde te meten la…”.

Hacía rato que en el ambiente se percibía un clima festivo. De hecho, Walter Martínez (tercer baterista de la banda) ya se había dado una vueltita por el escenario. El recital concluía con cánticos de feliz cumpleaños y los músicos soplando las velitas de la torta. Las sonrisas, los chistes y el tortazo en la cara del vocalista derivaron en el cierre definitivo con “A vos amigo”.

El sonido fue áspero y aplastante (como acostumbra a serlo). Nos quedó la espina de no haber podido oír el ciento por ciento de las confesiones en cada impasse. Por que doy fe que atender las acotaciones de “lo más grande del heavy nacional” es un goce, pero también un arma de doble filo. El público, sumiso pero alborotador, recordó los cuatro años sin Pappo. Y en contraposición, apuntó absurdamente contra el mismo artista de siempre. “Es el folklore del rock” dicen algunos…

Almafuerte sabe quién es, sabe qué quiere y dónde va, y lo justifica en vivo. Proclama ideales, rockea fiero, entusiasma y no traiciona. Cada canción es una demostración de poder. En el libro de Ariel Torres “Iorio: el perro cristiano”, hay una declaración del año ´98 que sedujo mis pupilas: “Almafuerte no sueña con ser la banda número uno, ni la más grande, porque todo pasa. No quiero ser el “boom”, quiero seguir haciendo mis canciones”. El dicho habla a las claras de las aspiraciones del cantor. Su plan tiene un objetivo puro: seguir transitando la ruta del auténtico rocker. rock.com.ar

¿La próxima fecha? Sábado 7 de marzo en Willie Dixon de Rosario y el viernes 10 de abril como teloneros de Motorhead en el Microestadio de Argentinos Juniors.