Jueves 4 de Agosto de 2011 Se cumplen 10 años del último recital que ofreció la banda antes de la separación Sábado 4 de agosto. En Córdoba venía latiendo el pogo más grande del mundo, fogoneado por 50.000 corazones y cinco mitos vivientes arriba del escenario del estadio Chateau Carreras.
La última noche que tocaron juntos, la imagen de el Indio y Skay sobre el escenario del entonces estadio Chateau Carreras (que ahora fue bautizado en honor a Mario Kempes), configuró una postal que jamás podría volverse a reproducir más que en las miles de cabezas ricoteras que estuvieron ahí, el 4 de agosto de 2001.
Hoy se cumplen diez años de aquel mítico cierre, el momento que puso fin a una etapa de nuestro rock nacional. La muerte de un gigante.
Una década sin Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: la necesidad de volver a experimentar ese rito mágico, el de la misa rockera que significaba verlos en vivo, hoy se trasladó hacia las multitudinarias convocatorias por parte de ese líder carismático y misterioso y sus incursiones solistas que intentan saciar la intensidad del recuerdo. El Ultimo tema que sono de los Redondos esa noche fue Un Angel para tu Soledad.
Redondos - Un ángel para tu soledad (Ultimo tema en vivo)
Era 2001 y Argentina era una bomba de tiempo que en pocos meses explotaría; de forma similar, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota venían de dos fechas poco alentadoras, en las que la violencia volvía a dar de comer a los titulares de los noticieros. Pero la misaricotera se hacía o se hacía.
En River, el año anterior, el Indio Solari lo había anunciado: aquél sería uno de los últimos recitales de la banda. La furia incontrolable que ellos nunca quisieron provocar empujaba al líder a vaticinar el fin. Pero no pasó y siguieron Uruguay y Córdoba, el último y, en contra de todos los designios, uno de los más tranquilos. Al final, el quinteto de las pasiones decidió abrirse por cuestiones personales y cerrar un ciclo de 25 años de rock. Fue por cuestiones internas. Ya pasaron 10 años.
Depende a quién se pregunte y los amores que haya en juego: Los Redondos no han muerto. "No hemos perdido una banda; hemos ganado dos artistas", dice un fan tucumano, Cristhian Sánchez, sintetizando el sentir de varios seguidores que, frente a la noticia, lograron coquetear y dejarse conquistar luego por los proyectos de los dos líderes y portadores de la esencia redonda. SkayBeilinson formó el grupo Los seguidores de la diosa Kali y Solari sacó tres discos como solista junto con Los fundamentalistas del aire acondicionado.
Según Sánchez, parte de la misa ricotera se puede revivir cuando ellos salen al escenario.
No queda nadie "Yo creo que no ha quedado nadie detrás de Los Redondos. La separación de la banda, que ya venía en una etapa terminal, ha dejado un vacío que hasta el momento ninguna banda argentina puede cubrir", opina apocalípticamente el músico Santiago Caminos, gran admirador de Patricio Rey y amante del rock "conceptual y visceral", como él lo define.
Es que, según el guitarrista y cantante de Tripas Calientes, si Los Redondos llegaron a ser lo que fueron es porque consiguieron escribir su propia leyenda.
"Cuando aparecieron había un gran vacío conceptual y musical. Y ellos lograron que la juventud se identificara con ellos, que se sintiera parte de algo. Hacían lo que querían y esa autenticidad es lo que se notó siempre. Eran gente muy formada, con mucho rock encima, bien conceptuales y, además, con historias de vida bastante duras. Fueron independientes y escribieron su propia leyenda", reflexiona Caminos.
Lo cierto es que el Indio, Skay, el bajista Daniel"Semilla"Bucciarelli, el saxofonista Sergio Dawi y el baterista Walter Sidotti -la formación que le puso el punto final a uno de los capítulos de la leyenda (junto al tecladista Hernán Aramberri)- siguieron sus caminos, seguramente portando cada uno una parte del encantador infierno ricotero.
Hoy sus caras están en las remeras de las más de 80.000 personas que asisten al pogo más grande del mundo cuando el Indio cierra sus recitales con "Jijiji", como lo hizo siempre con Los Redondos. Él sigue manteniendo el espíritu misterioso que reserva el fervor para uno o dos recitales al año, en los que la Argentina se pone patas para arriba.
Pero según Caminos, esas son la últimas luces: "el mismo vacío conceptual, emocional, intelectual que hay desde la clase gobernante, en el arte y en los medios hay hoy en el rock. De las dimensiones de Los Redondos ya no quedan bandas en Argentina".
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