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martes, 17 de enero de 2012

El Famatina no se toca.

"El Famatina no se toca", exigen los pobladores.

Los vecinos aseguran que “el grupo de choque” del gobierno controla el ingreso y egreso de la ciudad para intimidar a los manifestantes que se oponen al proyecto de la empresa minera canadiense Osisko, con la que Herrera firmó un convenio para explotar el oro de Famatina mediante el proceso de lixiviación con cianuro de sodio.

gente famatina

“Tenemos miedo de que nos pongan droga, armas, algo para criminalizar la protesta”, explicó la ambientalista Marcela Crabe.
La tensión en Famatina crece con el correr de los días. Los vecinos no se resignan a que la minera canadiense Osisko avance con explotación en el cerro local y continúan bloqueando el ingreso de los camiones y de los operarios.

“La patota de Beder Herrera y la Brigada de Acción Operativa (Bao), grupo de choque de la policía provincial, se colocaron en la entrada a Famatina y en la ruta hacia Chilecito. “Controlan en ingreso y el egreso de los vecinos, intimidan a los manifestantes. Vivimos en un clima de tensión y miedo”, contó la ambientalista Marcela Crabe a LPO.

Y agregó: “tenemos miedo que nos pongan droga, armas, algo para criminalizar la protesta. Ya nos habían quitado el transporte público, cuando la empresa de colectivos ‘Ciudad de Chilecito’ – que une Famatina con Chilecito- suspendió sus servicios. Estamos moviéndonos en moto o en remise”.

Los vecinos de Chilecito y Famatina aseguran que es la primera vez en la historia de la provincia que los efectivos de la BAO realizan controles viales. “Los medios de comunicación de la provincia desinforman y contribuyen al gobierno.

Están tirando pescado podrido”, se quejó otra de las manifestantes, Carina Díaz Moreno.

Lo cierto es que el único medio en toda La Rioja que acompaña la protesta es FM Famatina, de Walter Álvarez. “Casi todos los medios dependen económicamente de Beder Herrera, y todo el mundo sabe que las notas más sensibles tienen que ser aprobadas previamente por Luis “El Pichi” Solorza, jefe de prensa de la gobernación”, contó por lo bajo una fuente de LPO.

El Famatina no se toca parte 1.

El Famatina no se toca parte 2.

El Famatina no se toca parte 3.

Minería en Argentina: Malintencionado informe de Barrick del proyecto Famatina

13-08-06 Por Javier Rodríguez Pardo *
El Informe de Impacto Ambiental, de la minera canadiense Barrick Gold Corporation, dice que la explotación minera de la zona “no debe interpretarse de manera competitiva con otras actividades,” sino más bien “como la única y exclusiva alternativa productiva.” Barrick sabe que el agua no alcanza para todos y afirma sin rodeos que hay que dedicarse sólo a la minería.

El pueblo riojano impedirá que la empresa minera pulverice las entrañas de los nevados del Famatina.

El Informe de Impacto Ambiental del Proyecto Famatina, de la minera canadiense Barrick Gold Corporation, en su etapa de exploración, es un canto al cinismo. Dice que la explotación minera de la zona “no debe interpretarse de manera competitiva con otras actividades,” sino más bien “como la única y exclusiva alternativa productiva.” Barrick sabe que el agua no alcanza para todos y afirma sin rodeos que hay que dedicarse sólo a la minería. Un ecosistema frágil en peligro.

Hablamos de un lugar de escasa vegetación, salpicado de coirones verdes y amarillos que permiten fijar los faldeos, y de vegas rodeadas de más de treinta especies vegetales. Los humedales son los oasis en esos vallecitos a 4.000 y 5.000 metros de altura, visitados por manadas de guanacos proveyéndose de agua y alimento. El propio informe de Barrick reconoce que “los valles, en sus nacientes, tienen una marcada génesis glacial con vertientes suaves”. Pero nada dice del despropósito que significa ese método extractivo en las nacientes de las aguas, destruyendo el ecosistema que las fabrica.

El río Amarillo recibe el agua de otros tres que se formaron en la cima de la montaña: Amarillo, Del Marco y Achavil. Toma el nombre del primero por su pigmentación ocre, uniéndose más abajo los tres cursos, en la zona de Los Corrales y recorre luego las localidades de Carrizal, Plaza Nueva, Plaza Vieja, Guandacol y Quebrada de Copayán, hasta Santa Elena. Todos estos pueblos alrededor de Chilecito y Famatina poseen una sola cuenca de agua, con un caudal promedio de 782 litros por segundo. El valle del Famatina la utiliza principalmente para riego.

Señalamos a menudo que se trata de montañas con mucho contenido de arsénico, que es liberado por la actividad minera impactando negativamente en todo el ecosistema. En el caso del Famatina, la propia naturaleza y la secular mina La Mejicana se asociaron para potenciar el daño ambiental con diversos compuestos químicos. Barrick no puede ocultar la acidez vigente y reconoce en su informe que las labores antiguas de La Mejicana producen drenajes ácidos debido a los sulfuros que lixivian el agua.

En realidad, toda la minería subterránea provoca, en casos como este, igual perturbación en el terreno que la minería superficial, y la restauración se torna imposible. En los socavones se puede apreciar cómo filtra el agua formando estalactitas ácidas que gotean en época de deshielo. Se puede caminar dentro de las galerías sobre cuerpos de hielo ácidos. Hay charcos con un pH tan bajo que literalmente disolvería cualquier chapa que se le arroje; son aguas que drenan como afluentes del río Amarillo que baja desde las alturas en esas condiciones. En mi opinión, por experiencias mineras semejantes, Barrick podría utilizar una explotación mixta (subterránea y a tajo abierto), dependerá de los resultados de la exploración. El sistema extractivo es letal en ambos casos y los resultados ya se pueden ir viendo.

Se fueron con el botín y dejaron la escoria
Nos preguntamos ¿quién se hizo responsable del pasivo ambiental en las nacientes de los ríos del Famatina, a quién se le puede reclamar por la actividad minera de hace cien años? Y la respuesta es siempre la misma porque actualmente es igual. Nada cambió. Peor aún, gracias a la indemnización que La Alumbrera (Catamarca) le reconoce a Tucumán por la rotura del mineroducto que contaminó el río Dulce-Salim, nada menos que con cromo y cobre, podrá seguir explotando la mina en iguales condiciones, para que nada cambie. En La Alumbrera colocaron unos catorce equipos de retrobombeo con el objeto de recuperar los drenajes ácidos que aún escapan a las napas a través de la geomembrana del dique de colas que no los puede contener; pero pagan y continúan de la misma manera. Tres veces más se volvió a romper el ducto sin importar el reclamo, después de todo la empresa indemniza con el propio dinero que proviene de los metales aunque no compense el dolo real, y se resarcirá –como siempre- con una declaración jurada de regalías que puede fraguar.
En muchos países este sistema extractivo no se permite y cada vez son más las naciones, las provincias o los estados federados como los de la Unión, que legislan en este sentido . El ex gobernador de Wisconsin, Tommy Thomson, se refirió de manera tajante a la prohibición de minería a cielo abierto con fundamentos claros: “Antes de permitir la actividad minera con estos compuestos químicos y este sistema, las empresas deberán demostrar con pruebas concluyentes que hubo otros emprendimientos mineros operando con sistemas de lixiviación durante por los menos diez años de explotación y otros diez permaneciendo cerrados, y que en ese transcurso no hayan producido contaminación alguna.” De igual modo sostuvieron los gobernadores de Michigan, Juan Engler, y George Pataki de New York, y muchos más. Ocurre que no hay dinero capaz de remediar el daño y las mineras lo quieren arreglar de ese modo, litigando muchas veces hasta concluir la explotación, ganando tiempo para luego retirarse, obligando de se modo a las poblaciones locales a que se hagan cargo y solucionen el pasivo ambiental.

El estado de Montana (USA), prohibió esta minería después de graves derrames tóxicos. Esquel, en la provincia argentina de Chubut, expulsó a Meridian Gold antes de que contamine, se anticipó a los drenajes.

El daño ambiental es irreparable
La empresa Barrick pulverizará cerros íntegros en los Nevados del Famatina, donde precisamente nace la única cuenca de agua de la región. Por lo pronto, la explotación minera en las nacientes de las aguas es un despropósito. Nadie ignora que se trata de una de las actividades más dañinas desde el punto de vista ambiental.

En Estados Unidos, por ejemplo, “la minería de recursos no combustibles produce cuando menos seis veces más desechos sólidos que la cantidad total de basura que produce el país, en todos sus pueblos y ciudades. Las minas superficiales, abandonadas y sin restaurar, de carbón y de metales en Estados Unidos cubren una superficie estimada de 90.000 kilómetros cuadrados. Esa superficie es más o menos la del estado de Indiana. Esta cifra no comprende la extensión, quizás mayor, de canteras, pozos y minas abandonadas de arena, grava y piedra” (Ecología y Medio Ambiente de G. Tyler Miller,Jr., G. E .Iberoamérica, página 564).

Ahora vienen por el resto del tesoro diseminado que dejó La Mejicana. Con tecnología adecuada, ideal para los minerales de baja ley, pero también dispuestos a sacar los que se hallen en vetas, nos encontramos ante un panorama más siniestro que el de cien años atrás, porque el gigantesco Famatina posee solamente una vasija de agua que suelta su líquido a razón de 760 metros cúbicos por segundo y la empresa minera necesitará todo ese caudal y el que obtenga de las perforaciones.

Alarma leer el informe de impacto ambiental de Barrick. La empresa afirma que en la zona de su proyecto minero “no se registran datos de agua subterránea”, pero admite en cambio que “el principal reservorio de aguas subterráneas del valle del Famatina-Chilecito está constituido por un relleno aluvial de edad reciente,” donde precisamente se hallan 22 perforaciones de la Administración Provincial del Agua (APA).

El agua es el mayor tesoro de los Nevados, rigurosamente cuidada por los regantes de los pueblos riojanos. Nos parece detestable –dado el marcado cinismo- admitir que el uso del agua en esta etapa de exploración “se halla en la zona alta de la cuenca del río Amarillo, donde “no existen asentamientos poblacionales ni productivos en el área”(pág.18 IIA). Desde luego que en esas alturas sólo están ellos y la fauna silvestre. Pero el agua tiene dueño. Sus propietarios están abajo, en los valles donde se siembra y se cultiva. Esos son los asentamientos productivos que, efectivamente, no se hallan a 4.500 metros de altura.

“En la zona del proyecto -dice el Informe de Impacto Ambiental de Barrick- el suelo no tiene uso específico debido fundamentalmente a la dificultad de acceso, la topografía del terreno y la altura (3.800 – 4.500 metros sobre el nivel del mar)”. La empresa pretende justificar que el suelo sólo sirve para la minería y que el agua es escasa porque apenas alcanza para algunos alfalfares, durazneros, nogales, plantaciones de viñedos, de tomate, y alimento para el ganado caprino, mular y caballar. En sus conclusiones el informe alude a que la escasez del agua no permite el desarrollo de la agricultura y que sólo es posible el futuro minero, aunque omite explicar qué harán los pueblos después de la mina ¿Qué futuro le proponen a los pueblos de Chilecito y Famatina?¿El éxodo?
Aunque el informe no lo mencione, los insumos principales del proyecto minero Famatina son el agua y la energía. El agua fluye en el lugar de la explotación y sus nacientes habitan en los mismos yacimientos. Es inevitable que el agua de lluvia o los deshielos se infiltren a través de la minas (subterráneas o a tajo abierto); en el proceso arrastran ácidos y esto sucede independientemente de lo que también ocurre en los diques de cola. Pero no sólo transporta ácidos, también compuestos radiactivos de uranio y de metales tóxicos como plomo, cadmio, mercurio y arsénico. Nuestra cordillera contiene mucho arsénico y mercurio.

El impacto de la contaminación ¿concluye aquí?.
No. El mineral debe convertirse en una barra de metal doré, una suerte de lingote, y para eso hay que fundirlo y esas plantas emiten cantidades muy grandes de contaminantes del aire que afecta seriamente la vegetación y los suelos con dióxido de azufre, mini partículas diversas en suspensión y otras de arsénico, cadmio, plomo, etc. Además las fundidoras también causan contaminación del agua y producen desechos peligrosos líquidos y sólidos.
Debemos ser claros y actuar con decisión. La alteración del paisaje es una nimiedad comparada con el cuadro descrito que transcurre en una cordillera que no deja de sacudirse con movimientos sísmicos. Curiosamente, el informe de impacto ambiental de Barrick, para la exploración, ni los menciona, ni tampoco los tiene en cuenta al predecir la ulterior explotación, como si no existieran ni fueran relevantes. El dique de colas en Bajo la Alumbrera colapsó debido a una megafalla en las entrañas de la tierra y las consecuencias están a la vista y en los medios de comunicación.

La biodiversidad del Famatina
Las naciones que componen el Sur del planeta registran el 75% de la diversidad biológica mundial. Recurrimos siempre a ese dato. Nuestro país contiene la mayor riqueza en especies de zona templada-fría. La fauna del Famatina podríamos decir que es una prolongación de la Reserva de Biosfera de San Guillermo en la provincia de San Juan (que goza de ese estatus conferido por la UNESCO, al menos en teoría), con buena presencia de mamíferos y aves, muchos amenazados.

El guanaco, el cóndor, el halcón peregrino y, fundamentalmente, el venado, declarado Monumento Nacional por ley 24702. En el Cordón del Famatina la lista de aves y mamíferos es importante, numerosa, pero en estos ecosistemas es sumamente valioso contar con un plan de manejo integral de toda su biodiversidad. La búsqueda de moléculas y activos biológicos es un patrimonio que debemos defender con uñas y dientes. Se calcula entre 16.500 y 20.000 las especies de plantas vasculares y, en este sentido, “las vertientes de los Andes están consideradas entre las áreas menos conocidas en América del Sur con alta prioridad para exploraciones botánicas ya que se estima que tienen un alto porcentaje de endemismo (Balslev, 1988; Campbell, 1989; Gentry, 1989”); se reconoce además la existencia de numerosas especies endémicas de artrópodos que actualmente se hallan en etapa de investigación, pero la variedad biológica del Famatina es abundante. La riqueza genética de la zona de la explotación minera no está contemplada en el informe de impacto ambiental al que nos referimos; además, al alterar el ecosistema con la mega minería actual, se rompería la cadena trófica en detrimento de la rica biodiversidad. El Cordón del Famatina es un ecosistema frágil y a la minera no le preocupa.

El concepto del saqueo va mucho más allá de arrebatarle los minerales a la chimenea volcánica del Famatina. La destrucción continúa con las imponentes orugas mecánicas sobre los humedales, devastando los cuerpos de hielo permanentes, el permafrost, gruesas capas de hielo bajo la superficie, congeladas todo el año. Durante el verano se derrite la capa que está por encima, y esto sucede durante la etapa misma de la exploración.

Al momento de encarar la explotación, los caminos serán mucho más anchos para los equipos de gran porte. Erosión y desertización es lo que en realidad propone esta actividad en las nacientes de las aguas, donde la cordillera y precordillera funcionan como una fábrica de tiempo continuo, durante las cuatro estaciones del año. Y allí, en ese paradigma de la naturaleza, los pueblos riojanos deben soportar el drenaje de ácidos de La Mejicana, cien años después, y los de Barrick Gold en el presente y en el futuro.

No hay vergüenza
Barrick encaró el proyecto de exploración con un informe que debería ser “observado” y devuelto por la oficina minera de la provincia de La Rioja. Creemos que el pueblo de La Rioja desconoce la opinión de la empresa minera sobre las razones de factibilidad del proyecto: “Escasa viabilidad, presente y futura, de desarrollar explotaciones agrícolas” y la presencia de “una ganadería de subsistencia, por debajo de la cota de 3.000 metros de altura, reducida al manejo de pequeños rebaños de ganado caprino, atendiendo a la baja capacidad de carga de los suelos; y a la reducida posibilidad de aprovechamiento de los recursos hídrico (superficiales y subterráneos) debido a los exiguos caudales y a la mineralización de las aguas”. El informe continúa con una hipótesis de éxodo para los pueblos de la región: “En base a lo expuesto y bajo un contexto socioeconómico, una eventual explotación minera, no debe interpretarse como una competidora de un espacio físico común, sino como tal vez, la única y exclusiva alternativa productiva de la zona”.

Los riojanos deben saber que esta es la tesis minera para las provincias cuyanas. En San Juan, la cúpula del gobierno utiliza el mismo discurso para defender sus intereses puestos en la minería: “Tenemos montañas y el agua es escasa para la agricultura -dicen-entonces debemos dedicarnos a la minería,” sabiendo que este sistema extractivo para la obtención de los minerales necesita mayor cantidad de agua que la agricultura.

Los informes de impacto ambiental de Barrick Gold suelen omitir datos que inescrupulosamente los funcionarios del gobierno provincial no reclaman.

Barrick avisa que necesita amplio margen de maniobra: el plan de trabajo en la exploración es estimativo, puede sufrir variaciones en función de los datos obtenidos, pero no ofrece límites; empleará a 35 personas de manera regular, incluyendo geólogos, perforistas, personal de catering del campamento, chóferes, etc., pero muchos son especialistas que no pueden proveer las poblaciones aledañas al proyecto; para las voladuras contratarán el servicio y le solicitarán al gobierno que lo controle (?); los 20.000 litros de agua para el campamento son de una vertiente que, según dicen, no es potable; en caso de ser necesario se tomará el agua de la Quebrada de la Cunchi transportada en camiones tanques.

Para perforaciones y equipos también vendrá de esa vertiente a razón de unos 15.000 litros diarios. Lo cierto es que una vez en actividad, no hay forma de controlar cantidad de agua ni origen de la misma; el consumo inicial del agua en la pileta de lodos se estiman en 15.000 litros –afirman- reduciéndose con la recirculación, conforme a su buen criterio porque en realidad no hay límites de uso del agua como tampoco controles al respecto. De igual modo, el único insumo químico que utilizarán en esta etapa es el previsto en los lodos de perforación que –según afirman- son polímeros biodegradables, pero tampoco dice cuáles son ni qué cantidades; al referirse al uso de combustibles mencionan de manera genérica, disminución del recurso, pero no sabemos cuáles, cuántos ni cómo será su consumo.

Esta empresa, en Veladero, provincia de San Juan, recibió una fuerte multa debido a denuncias de testigos, por el vertido de gasoil reemplazando a lubricantes especiales en las perforaciones. El derrame negligente en ningún momento fue detectado por la policía minera, ni por control alguno del gobierno. Reconocen también que “un impacto a considerar como notable es el relacionado con el consumo de recursos energéticos, es decir combustible, por la escasez a nivel global que estos tienen” (sic) pero ahí concluye toda referencia a este principal insumo, porque inmediatamente el informe aclara que “la leña para el consumo en el campamento se comprará a proveedores externos autorizados,” y en verdad frente a las omisiones deliberadas este dato resulta ridículo. Sorprende que digan que el impacto del uso de combustibles se deba a su escasez cuando el ranking del calentamiento global de la Tierra lo ostenta la minería debido a la voluminosa quema de combustibles fósiles para hacer funcionar las plantas de procesamiento, las palas mecánicas fastuosas y los transportes.


El capítulo V, acerca del plan de manejo ambiental, es una sarta de buenas costumbres y excelentes propósitos. En ese capítulo Barrick comete un desliz infantil relacionado con la protección de la calidad del suelo. Alambrará un patio en el campamento para guardar los residuos “hasta su disposición final en el vertedero municipal de la localidad de Famatina (previa autorización del municipio).” Creemos que el pueblo y el gobierno de Famatina en ningún momento autorizará esa medida; por el contrario, la empresa sufrirá los mismos inconvenientes que la obligaron, en Veladero, a deambular por territorio sanjuanino con los desechos de la planta. Los residuos mantienen en alerta a todos los municipios sanjuaninos , incluso, los ubicados a más de 300 kilómetros del proyecto, porque ninguno desea acogerlos, aceptando la disposición definitiva en su suelo.
En la conclusiones, el informe hace énfasis en la generación de empleo (seguramente en la etapa de explotación). Nada más falso.

Por donde pasa la minería deja más desolación y miseria, y mientras están vigentes estos proyectos, funcionan con mano de obra especializada, generalmente importada, operarios traídos de otras latitudes, menos expuestos a edemas pulmonares por el mal de las alturas, sin la presencia de familiares que reclamen sus cuerpos como viene ocurriendo en Veladero.

Los video documentales sobre la actividad minera metalífera que actúa en el país, son una excelente referencia acerca de la escasa oferta de empleo y al abandono de los asentamientos poblacionales que concluyen en una axiomática diáspora que los sentencia definitivamente: pueblo minero, pueblo pobre

El cerro nevado de Famatina
El Nevado de Famatina, rebautizado “Cerro General Belgrano”, es el pico más elevado (6.250 m de altura) de la Sierra de Famatina. Ha cobrado recientemente notoriedad por la renovación de los intentos de explotación de sus yacimientos minerales y la oposición de los pobladores de la zona a estos emprendimientos.
Los aborígenes de la zona extrajeron, en fechas que no se han determinado con precisión, minerales de oro y plata del cerro Famatina.

Una de las razones de la fundación de la ciudad de La Rioja por Juan Ramírez de Velasco fue la noticia que le dieron los aborígenes de los yacimientos del Famatina. En una carta dirigida al rey en octubre de 1591 Ramírez de Velasco la justifica por tener gran noticia, de los indios naturales, de minerales de oro y de plata.

Los jesuitas continuaron luego las explotaciones mineras hasta que fueron expulsados.

En 1821 el coronel Nicolás Dávila, con ayuda de Castro Barros, extrajo plata del Famatina para acuñar las denominadas monedas de cordón. En 1824 Baltasar Agüero fundó una Casa de la Moneda, en La Rioja, para continuar con el emprendimiento.

Facundo Quiroga, gobernante de La Rioja, en 1826 se asoció en una empresa minera con Braulio Costa, residente de Buenos Aires, fundando el Banco de Rescate o Casa de la Moneda de La Rioja. En la misma época el Congreso convocado por Bernardino Rivadavia creó el Banco Nacional, con facultad exclusiva de acuñar moneda en todo el territorio nacional.

Rivadavia negoció la formación de una sociedad con capital inglés y residencia en Londres para la explotación de las minas del país. La compañía, con un capital de cinco millones de pesos, establecería un Banco de Rescate en cada una de las provincias con minería.

En 1883 la Sociedad de Fundición de Plata de la República Argentina o Compañía Francesa de Nonogasta trabajó durante unos pocos años. En 1889 inició trabajos la Sociedad Belga del Río Blanco, pero se liquidó en 1902. En 1903 se constituyó en Londres la Famatina Development Corporation, que estableció una fundición en Santa Florentina, hoy abandonada y derruida.

Las permisivas leyes mineras del ex presidente riojano Carlos Menem, que a pesar de algunos cambios cosméticos en otras áreas son las que se aplican ahora, reavivaron el interés por las explotaciones a finales de la década de 1990.

Los vecinos de la zona se agruparon en la “Asamblea de Vecinos Famatina No Se Toca” para bregar contra los emprendimientos mineros, en especial los de la Barrick Gold y ahora de Osisko Mining, ambas del Canadá.

El desastre que se viene
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción de oro con cianuro llevan implícitos altos impactos ambientales, que en muchos casos pueden ser catalogados de desastre ambiental.
Dada la alta toxicidad y reactividad natural del cianuro, la contención de esta sustancia es una de las preocupaciones primordiales de las minas en las que se utiliza la extracción por lixiviación. Se han documentado los efectos perjudiciales del cianuro en los peces, la vida silvestre y los humanos.

La lixiviación es un proceso usual en la ingeniería química para separar sustancias fácilmente solubles de un material sólido por extracción con disolventes apropiados, en este caso el oro con una solución de cianuro de sodio, una de las sales más venenosas que existen.

La minería a cielo abierto es una actividad industrial de alto impacto ambiental, social y cultural. Es también una actividad industrial insostenible por definición, en la medida en que la explotación del recurso supone su agotamiento.

Las innovaciones técnicas que ha experimentado la minería a partir de la segunda mitad del presente siglo han modificado radicalmente la actividad, de modo que se ha pasado del aprovechamiento de vetas subterráneas de gran calidad a la explotación «en minas a cielo abierto» de minerales de menor calidad diseminada en grandes yacimientos.

A medida que los yacimientos se agotan o alejan es necesario usar métodos más agresivos y destructivos, particularmente en la minería, como eso el caso de la extracción de petróleo del mar, de gas natural incrustado en las rocas (gas shale) y de la extracción con sales de cianuro a cielo abierto.

El resultado es la explotación de poblaciones indefensas, condenadas a la muerte prematura o la represión gracias a leyes ad hoc si se organizan para defender el patrimonio ancentral, como el río Uruguay, las rías y bosques de Galicia o los lagos de Finlandia y Chile.
La minería a cielo abierto remueve la capa superficial o sobrecarga de la tierra para hacer accesibles los extensos yacimientos de mineral de baja calidad.

Los modernos equipos de excavación, las cintas transportadoras, la gran maquinaria, el uso de nuevos insumos y las tuberías de distribución permiten hoy remover montañas enteras en cuestión de horas, haciendo rentable la extracción de menos de un gramo de oro por tonelada de material removido.

Existe consenso en la literatura sobre el tema en el sentido de que ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto.

La minería a cielo abierto utiliza, de manera intensiva, grandes cantidades de cianuro, una sustancia muy tóxica, que permite recuperar el oro del resto del material removido. Para desarrollar todo este proceso, se requiere que el yacimiento abarque grandes extensiones y que se encuentre cerca de la superficie. Como parte del proceso, se cavan cráteres gigantescos, que pueden llegar a tener más de 150 hectáreas de extensión y más de 500 metros de profundidad.

Junto al cianuro se emplean diariamente decenas de millones de litros de agua, haciendo uso masivo de los recursos hídricos locales agotando caudales y desviando cursos en ríos y arroyos, afectando caudales y niveles en aguas freáticas (en la mina a cielo abierto de Andalgalá – Catamarca las napas subterráneas bajaron hasta siete metros, dejando sin agua a agricultores y pobladores).

A estos graves impactos hay que agregar la gran contaminación generada por los venenos liberados por este tipo de minería como los metales pesados (arsénico, plomo, mercurio, cadmio, selenio…) capaces de permanecer en el ambiente por siglos y de difundirse sin control a través de las aguas subterráneas que viajan a distancias incalculables.

Los llamados diques de colas reservorios de millones de metros cúbicos de desechos líquidos y barros con cianuro, arsénico, plomo y demás metales pesados, que filtran al subsuelo y desbordan en los ríos y arroyos, quedan abandonados, una vez terminada la explotación como una bomba de tiempo para nosotros y la posteridad. (catástrofes ambientales de Doñana, España, 1998; Baia Mare, Rumania, 2000; Guayana, 1995 … ).

El creciente interés por la explotación de oro de parte de muy diversas compañías mineras se origina tanto en los aumentos en los precios del oro, que brindan un alto margen de utilidad, como en la reciente creación de métodos rentables en función de los costos de producción, para la extracción de oro en yacimientos sumamente pobres, gracias a la tecnología de extracción de oro por lixiviación con cianuro.

Según la DuPont Corporation (citado por Alberswerth), es económicamente viable extraer minerales con solamente 0,01 onzas de oro por cada tonelada de mineral. Esta tecnología ha venido a sustituir a la recuperación de oro por amalgamación con mercurio, proceso ineficiente en términos de recuperación, ya que permite solo un 60 por ciento de recuperación del mineral, en comparación con más de un 97 por ciento en caso de extracción con cianuro. (La amalgamación es el proceso mediante el cual el mineral se une con la sustancia utilizada, en este caso mercurio, para efectos de separarlo del resto del material.)

Según el Instituto del Oro (Gold Institute, citado por Young, 1993), la producción de oro por el proceso de extracción por lixiviación con cianuro aumentó de 468,284 onzas en 1979 a 9,4 millones de onzas en 1991.

Para alcanzar el nivel de producción de 1991, se trataron más de 683 millones de toneladas de mineral con cianuro.

La tecnología de extracción con cianuro
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción por lixiviación con cianuro (cyanide heap leach mining) en minas a cielo abierto se componen de seis elementos principales, que son:
* la fuente del mineral
* la plataforma y el cúmulo
* la solución de cianuro
* un sistema de aplicación y recolección
* los embalses de almacenamiento de solución
* una planta para la recuperación de metales.

La mayoría de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro usan la minería a cielo abierto para conseguir el mineral. La minería a cielo abierto trastorna grandes extensiones de tierra. Sin embargo, varias operaciones también usan material de desecho previamente extraído. Se trituran las menas (rocas que contienen el mineral) y se les amontona en un cúmulo que se coloca sobre una plataforma de lixiviación (leach pad).
Los cúmulos de material triturado varían en su tamaño.

Un cúmulo pequeño puede estar constituido por seis mil toneladas de mineral, mientras que un cúmulo grande puede tener hasta 600 mil toneladas, llegando a medir cientos de pies de alto y cientos de yardas de ancho.
Las plataformas de lixiviación pueden variar en tamaño. Pueden tener aproximadamente entre uno y 50 acres (una hectárea equivale a 2.471 acres). El tamaño de la plataforma depende de la magnitud de la operación y la técnica de lixiviación. Generalmente, las plataformas de lixiviación tienen un forro (liner) de materiales sintéticos y/o naturales que se usan para “tratar” de evitar filtraciones.

A veces, las operaciones utilizan forros dobles o triples. El uso de varios forros efectivos es económicamente viable y ventajoso para el ambiente, dado que una plataforma con filtraciones pueden contaminar los recursos hídricos con cianuro.

Una vez que el mineral triturado es apilado en la plataforma de lixiviación, se le rocía uniformemente con millones de litros de agua mezclada con varias toneladas de una solución de cianuro de sodio.
Un sistema de regaderas dispersa la solución de cianuro a 0.005 galones por minuto por pie cuadrado (típicamente). Para un cúmulo pequeño (de 200 por 200 pies), esta velocidad equivale a 200 galones por minuto.

La solución de cianuro contiene entre 0.3 y 5.0 libras de cianuro por tonelada de agua (entre 0.14 y 2.35 Kg. de cianuro por tonelada de agua), y tiene una concentración promedio de 0,05 por ciento (alrededor de 250 miligramos por litro de cianuro libre). La solución de cianuro lixivia (lava y amalgama) las partículas microscópicas de oro del mineral mientras se filtra por el cúmulo.

Los ciclos de lixiviación duran desde unos cuantos días hasta unos cuantos meses, dependiendo del tamaño del cúmulo y de la calidad del mineral. La solución de cianuro que contiene el oro -llamada la solución “encinta”- fluye por gravedad a un embalse de almacenamiento. Desde el embalse de almacenamiento se usan bombas o zanjas con forros para llevar la solución hacia la planta de recuperación de metales.

Los métodos más usados para la recuperación del oro contenido en la solución “encinta” de cianuro son la precipitación con zinc (método Merrill – Crowe) y la absorción con carbón. En el proceso de precipitación con zinc, se agrega zinc en polvo y sales de plomo a la solución “encinta”.

El oro se precipita (se separa) de la solución mientras el zinc en polvo se combina con el cianuro. Luego se funde el precipitado para recuperar el oro. Los productos finales de este proceso son el oro en barras (gold ore bullion) y una solución de cianuro “estéril” (sin oro) (barren solution), la cual se transfiere con bombas a un embalse de almacenamiento o diques de cola. También se origina material de desecho (slag material) que consiste en impurezas, incluyendo metales pesados.

Normalmente se descargan estas escorias en un cúmulo de material de desecho.

La alternativa preferida por la mayoría de las operaciones es la absorción con carbón, sobre todo en las operaciones más pequeñas y en aquellas en las que las cantidades de plata que viene asociada con el oro en la solución “encinta” son menores.
En este proceso, la solución encinta es impulsada por bombas a través de columnas de carbón activado. El oro y la plata de la solución se adhieren al carbón, y la solución “estéril”, que todavía contiene cianuro, se lleva a los diques de cola.
El oro y la plata son separados del carbón por un tratamiento con soda cáustica caliente. Después, la solución pasa por una célula que contiene un ánodo de acero inoxidable y un cátodo para captar el metal. El carbón gastado Se reactiva en un horno para poder reutilizarlo.

En las operaciones de extracción por lixiviación se utilizan los diques de cola para almacenar la solución de cianuro que luego se rociará sobre el cúmulo, sobre la solución “encinta” lixiviada del cúmulo y sobre la solución “estéril” que resultan del procesamiento del oro.

Por razones ambientales y económicas, todos los diques de cola deberían tener forros para evitar escapes de la solución de cianuro; pero en la realidad éstos se construyen a medida que va creciendo el cráter de la mina con la tierra removida, por lo que su integridad estructural queda comprometida. Es así que los accidentes por rotura de los diques de cola explican más de un tercio de todos los accidentes mineros ocurridos en las últimas dos décadas.

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1 comentario:

  1. Un buen sitio con info y notas sobre mineria en la rioja: http://minerialarioja.fullblog.com.ar

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