El grupo Estelares, referencia ineludible de la canción pop argentina, celebrará este viernes sus 20 años con la música, con un concierto en el porteño teatro Gran Rex, durante el cual grabará un DVD y un CD en vivo.
El grupo conformado por Manuel Moretti en voz, Víctor Bertamoni en guitarras y coros, Pablo Silvera en bajo y coros, que toca acompañado por Eduardo Minervino en teclados, Sebastián Escofet en guitarras acústicas, Guillermo Harrington en guitarra rítmica y coros y Javier Miranda en batería, marcará con este concierto otro hito en su carrera.
Estelares cultiva la canción de alto nivel, gracias a la poesía de Moretti y al notable trabajo de Bertamoni en guitarras, siempre influenciado por Neil Young y Tom Petty en sus acordes.
Sobre una larga carrera que comenzó a dar frutos hace un años y sobre cuestiones culturales argentinas, Moretti charló con la agencia Télam.
- ¿Se imaginaron llegar a 20 años de carrera?
- No me imaginé llegar a este lugar, en realidad es un broche de oro para un montón de tiempo juntos con seis discos publicados. Y ahora el primer disco en vivo con una etapa de muy buen sonido de vivo, de un montón de cosas. Una fotografía entre visual, auditiva y emocional que nunca pensamos que se iba a dar de esta manera.
- ¿Hay alguna fórmula?
- Construir, soportar, conocernos, el sonido de la banda y la canción es más fuerte que nuestras individualidades. Incluso el compositor es más fuerte que yo. La comunión de laburar con Víctor y Pablo se sobrepuso a todo y a cualquier individualidad.
- ¿Cómo contarías la carrera de la banda?
- Hubo momentos raros, después del primer disco. En el segundo me acuerdo que me dieron unas ganas de encierro en lo personal. Quería componer mucho pero salir a tocar muy poco, fue una etapa rara. De ese disco al 2010 pasaron cinco años en los que no dudé en seguir adelante pero fue de introspección. Después decidimos venir a vivir a Buenos Aires.
- ¿Esa fue la época en que grabaste el disco de demos "El Aviador" que después los fans subieron a la red en dos CDs?
- Sí, fue toda esa etapa. La idea fue encerrarme y ver qué salía, había algo como una elaboración de un montón de pasiones nuevas. En el 2000 empezamos a trabajar con Juanchi, en 2003 salió el disco y se mantenía el “pronto va a salir un disco”. Después la banda dejó de ser tan de culto y empezó a ser una banda más nacional y no solo platense, fue una etapa bisagra porque en mi caso fue venir de La Plata sin un mango a que rueden las canciones.
- ¿Qué canciones van a tocar en el Gran Rex?
- Habrá temas más lados B, más reflexivos, un poco más oscuros y ahora estoy aprendiendo y ejercitando el tema del tango porque me pasa que me están dando ganas de cantarlo, como que va apareciendo el intérprete tanguero.
- ¿Te sentís parte de una generación de músicos que rescatan lo mejor de la canción de rock argentino, mezclado con compositores románticos y de tango?
- Hay un montón de músicos que escuché siempre y nos retroalimentamos y para mí es un placer tocar grabar y de vez en cuando juntarme a cenar con gente que quiero y le hace enorme bien a la canción, como Ariel Minimal, Palo Pandolfo y Coki De Bernardi.
- ¿Cómo te sentís cuando te consultan por temas que exceden la musical, debido a tus posturas y pensamientos?
- Se me consulta sobre cosas que no sé y no tengo idea y no puedo responder y otras veces me he hecho cargo de defender un sentir o una determinada concepción de la realidad. No es fácil decir. Lo único que tengo es una imagen sensible. Tengo la mejor predisposición pero hay un montón de cosas que me superan o sobre lo que no tengo qué decir. Puedo hablar de músicos, de música, pero yo no soy intelectual, no me hago cargo de ese lugar.
No soy el Oráculo de Delfos, tengo una vida privada tranquila y feliz: Si no sé nada de lo que piden que hable, entonces suspendo el juicio porque uno no puede decir cuando no sabe.
- ¿De dónde sacás las canciones?
- Salen del cuerpo y del corazón. La canción sale del dolor, la alegría y se puede laburar como un ejercicio.
- Sos un hombre de tres ciudades, tu Junín natal; La Plata, donde desarrollaste gran parte de tu carrera, y ahora Buenos Aires. ¿Cómo ves la situación de explosión artística de La Plata?
- Para mí lo que está bueno de la Plata es que sigue sacando bandas todo el tiempo, agradezco que mi desarrollo en el lenguaje sensible y artístico haya sido en La Plata, es de una valía enorme porque se dio en un sitio donde en los '80 ibas a un bar y ahí estaban los Virus.
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