Roger Waters, en una entrevista que BBC World News emitirá mañana, lamenta haber presentado una demanda contra David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright por utilizar el nombre Pink Floyd cuando dejó el grupo en 1985.
“Lo hice, pensé que estaba, ¡y me equivoqué! Por supuesto que lo estaba. ¿A quién le importa? Fue una decisión comercial y de hecho es una de las pocas veces en que la profesión de abogado me ha enseñado algo. Porque cuando fui a esos tipos y dije ‘Escuchad, nos hemos separado, no habrá Pink Floyd nunca más’, dijeron ‘¿Qué quieres decir? Eso es irrelevante, es una marca y tiene valor comercial, no se puede decir que va a dejar de existir, es obvio que no recuerdas Runnymede [lugar de Londres donde se firmó la Carta Magna en 1215], es obvio que no entiendes la jurisprudencia inglesa. No se trata de lo que pienses, se trata de lo que es’.
La ley es todo lo que tenemos, de eso es de lo que trata ‘The Wall’”.
Waters también confirma que trabaja en su primer disco en solitario en más veinte años: “Voy a hacer otro disco. He tenido una idea muy, muy fuerte, y voy a seguirla, y voy a hacer, al menos, un nuevo disco”. Su último trabajo rock en solitario, “Amused to Death”, apareció en 1992. En 2005 publicó la ópera “Ça Ira”.
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