La actriz y cantautora Juana Molina inició en París la gira de presentaciones de su flamante sexto álbum “Wed 21”, un recorrido que antes de llegar al Vorterix de Buenos Aires, el 11 de diciembre, pasará por Berlín, Londres, Manchester, Praga, Zúrich, Lisboa, Madrid, Zaragoza, Bilbao, Hong Kong y Tokio.
“Cuando las canciones no tienen letra de entrada, ponerle una letra le saca eso etéreo que tienen y las vuelve muy terrenales. De golpe aparece un mensaje que yo no quería dar y saca a la canción de su estadio. Es como si quisieras tener una nube en la vereda y las nubes tienen que estar arriba. Eso mismo pasa, para mí, con las letras porque bajan de golpe la canción a la tierra y le quitan fuerza”, describió Juana en una entrevista con la agencia Télam.
Al margen de letras y melodías, la artista que irrumpió como humorista dentro del ciclo de TV de Antonio Gasalla en 1989, especificó que “lo que sigue intacto es la idea de no hacer algo con lo que no estoy de acuerdo”.
Para demostrar esa certeza, la intérprete que gozaba de popularidad gracias a su propio espacio televisivo de humor absurdo titulado "Juana y sus hermanas" (donde inventó recordados personajes que actualmente protagonizan propagandas de telefonía celular), decidió virar hacia la música.
Tras debutar con "Rara", producido por Gustavo Santaolalla en 1996, se radicó en Los Angeles, volvió recién en 2001 y en un estudio de grabación casero, recurrió a teclados, guitarra, voz y una computadora para dar forma al fundamental "Segundo".
“La idea de 'Segundo' fue 'si voy a cambiar una carrera tan importante como la que tenía hacia otra en la que tengo que empezar de cero, me parece que solo vale la pena si soy fiel a lo que pienso y a lo que siento'”, evocó.
- ¿Cómo fue afrontar la crítica en ese viraje de tu carrera?
- Ahora con la perspectiva del tiempo lo encuentro lógico. ¿Por qué iban a aceptar tan fácilmente que una persona que tenía éxito en la televisión y un lugar muy definido en lo que hacía, deje de hacer lo que hacía?
La gente que me conocía muchísimo, ni siquiera sabe que hago música y hace casi ya 20 años. Sin embargo me siguen recordando por los programas. La televisión es un medio mucho más expansivo y llega a mucha más gente, en cambio en la música el trabajo es de hormiga, no tiene el resultado de la inmediatez de la televisión.
- ¿Cómo se vive un estilo tan cálido, circular, envolvente y tántrico como el tuyo, desde adentro?
- Es medio raro explicar eso porque es como describirme, uno no se ve mucho, uno está acostumbrado a ser uno mismo y está acostumbrado que las cosas salgan de una manera. Es la forma natural en que las cosas salen mejor.
- ¿Qué es lo que no le puede faltar jamás a una canción?
- Para empezar tiene que generarme esas ganas de escucharla de nuevo en cuanto termina. No me parece que haya ningún ingrediente que sea más fundamental que otro. Creo que no hay secretos ni fórmulas para que las cosas funcionen.
- ¿Cómo se alcanza ese estado?
- No sé bien de qué depende. Mientras voy haciendo la canción, tengo que sentir que cada momento es una alegría. Me tengo que sumergir como cuando abrís un libro en un colectivo. Primero ves al chofer, la calle, el pasillo y de golpe estás en otro mundo. En el momento de hacer la canción me tiene que pasar exactamente lo mismo, me tiene que transportar a un lugar indescriptible pero que se sienta.
- Y a la hora de cantar y tocar ¿qué es lo que no puede faltar?
- No puede faltar la concentración, las ganas, el entusiasmo y la alegría de estar ahí compartiendo ese momento que es tan íntimo. Aunque para mí esto es algo nuevo, porque hasta hace poco el miedo no me dejaba disfrutar. Ahora, una vez vencido ese problema, el temor, en general siento alegría.
La hija del cantante Horacio Molina y la actriz Chunchuna Villafañe, estará de tour internacional hasta el 1 de diciembre recorriendo Europa y Asia, para cerrar el año el miércoles 11 de diciembre en el teatro Vorterix (Federico Lacroze 3455, Capital).
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