En la casa que compartía junto a su pareja Laurie Anderson en la localidad neoyorkina de Southampton, el 27 de octubre falleció el influyente músico y poeta Lou Reed, aquejado de problemas de salud tras un trasplante de hígado.
Lou Reed dejó una influencia enorme en el rock al abrir las puertas y fundar géneros como el glam rock, el garaje, el punk, el dark, el noise a través de grandes álbumes como “Berlin”, “Transformer”, “Coney Island Baby”, “The Bells”,”Blue Mask”, “New sensations”, “New York”, entre otros.
Esos discos pertenecen todos a su etapa solista, pero antes debe mencionarse como piedra fundacional del punk, del glam y del rock sónico, su trabajo con Velvet Underground, que supo integrar junto a John Cale, Maureen Tucker, Sterling Morrison, Nico, Doug Yule y el patrocinio y padrinazgo de Andy Warhol con las puestas audiovisuales que acompañaban las presentaciones del grupo.
Su muerte afectó profundamente al mundo de la música y se sucedieron los homenajes por parte de Laurie Abnderson, David Bowie, Sonic Youth, U2, Metallica, Robert Smith, Dave Grohl y músicos de todos los estilos, por la enorme influencia, del nacido en Brooklyn.
En pleno flower power y hippismo, Reed junto a Warhol y a Cale, apelaron a una estética oscura, ropa de cuero negro, látigos y otros símbolos sadomaso, además de recurrir al minimalismo musical completo, guitarras chirriantes, distorsiones de todo tipo y el ruido como esencia misma.
En discos como “The Velvet Underground and Nico” (1967), “White Light/White Heat (1968)” y “The Velvet Underground (1969)”, la Velvet se convirtió en fenómeno contracultural de otro movimiento contracultural como lo era el rock.
En las letras de sus canciones, además Reed demostró ser un exquisito cuentista, un retratista de la crueldad urbana de Nueva York.
Con letras, cuentos y relatos dignos de un heroinómano y un sonido primal, minimal y salvaje, Reed les abrió las cabezas a músicos como David Bowie, Iggy Pop, los Mc5, Patti Smith, Ramones, Sex Pistols y The Clash, entre otros.
Ya en los 80, la descendencia de Reed llega a artistas como The Cure, Duran Duran, Jesus and Mary Chain, Echo and the Bunnymen, Bauhaus, New Order, Joy Division, Television, Richard Hell, Elvis Costello y cientos más.
Tras su salida de Velvet Underground, Reed inició su carrera solista que tuvo momentos notables que fueron abriéndole puertas y ventanas a géneros como el glam rock como puede ser “Berlin” y “Transformer” y a dejar reflejada su búsqueda minimalista en el casi inaudible “Metal Music Machine”, plagado de ruidos, acoples, azotes de cables, dejando sentadas las bases para el noise que luego llevaron adelante grupos como Sonic Youth, Pixies, Nirvana y parte del grunge.
Siempre inquieto y en búsqueda de nuevas sonoridades trabó una larga amistad con David Bowie e Iggy Pop y cuando los jóvenes punks lo reivindicaban, Reed se despachó con discos notables como “Coney Island Baby”, “Rock and roll Heart”, “Street Hasle” y “The Bells”.
En esa etapa plasmó álbumes como “The blue mask (1982)”, “Legendary hearts (1983)” y “New sensations” (1984) que tienen una vigencia notable.
Tras algunos años y un par de discos flojos, Reed tiene su regreso triunfal en 1989 con el discazo “New York”, donde exhibe toda su madurez y talento, plasmados en una obra casi insuperable, tanto desde lo musical como lo lírico.
Las letras de toda la discografía de Reed quedaron plasmadas en el libro “Atraviesa el fuego” un volumen que se editó en Argentina, que contó con un exquisito arte de tapa y notables ilustraciones, que permiten conocer a uno de los letristas y poetas más notables que haya dado el rock junto a Bob Dylan y Leonard Cohen.
En el 90 y ante la muerte de su amigo y mecenas Andy Warhol, depone rencores con John Cale y juntos graban el notable y minimalista disco pop “Songs for Drella” en la que narran la vida del artista plástico y los devenires de esa amistad entre los tres.
Reed decide tomarse su tiempo para grabar discos, compone canciones para bandas de sonido de filmes de David Lynch, trabaja en películas del escritor Paul Auster como “Lulu on the bridge” y escribe canciones para obras del dramaturgo Roberto Wilson.
En 2000, Wilson y el productor Hall Willner le encargan a Reed escribir canciones inspiradas en el cuento “El cuervo” de Edgar Allan Poe.
Entonces, Reed se despachó con un disco notable, que mezclaba el rock, la música del cabaret francés, el punk y el noise, otra vez con letras de una factura notable.
Luego de unos años, Reed traba amistad con los Metallica y juntos editan el doble “Lulu”, cuyas letras fueron escritas por Reed y la música quedo íntegramente a cargo del cuarteto integrado por James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammet y Robert Trujillo.
El disco es atacado por la crítica ultraderechosa del heavy metal, pero elogiado por otros y defendido por los músicos.
Los Metallica lo consideran de lo mejor que grabaron en los últimos 15 años y realizaron varias presentaciones junto a Reed, a quien se pudo ver de excelente ánimo compartiendo escenario junto a Ulrich y Hetfield.
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