Con una selección de canciones propias de sus cinco discos de estudio e invitados de la talla de Liliana Herrero, Rally Barrionuevo y Fernando Ruiz Díaz, el cantautor rionegrino celebró frente a un Gran Rex colmado el aniversario de “Azules Turquesas”.
Su álbum debut que en 2004 marcó el comienzo de su carrera autogestiva.
Acompañado por su banda de siempre, y en una puesta que dejó entrever intensísimas horas de ensayo, Aristimuño caminó anoche uno de los tantos recorridos posibles dentro de su vasto repertorio y demostró que en diez años fue capaz de abundar en un sinfín de idiomas musicales distintos.
“Anfibio”, una de las canciones más intensas que propone “Mundo anfibio”, su último disco editado en 2012, fue el tema que el músico eligió para romper el letargo de la ola de calor que narcotizaba las dos bandejas llenas del Gran Rex.
Luego vinieron “Por donde vayan tus pies”, del mismo material, “Me hice cargo de tu luz” (del disco “39º” de 2007) acompañado por Alfonso Barbieri y “La última prosa”, el tema que abre “Ese asunto de la ventana”, su segundo álbum.
Con una selección de temas con los que durante tres horas de show demostró su habilidad para homogeneizar un universo de canciones nutridas desde distintos géneros musicales, Artistimuño celebró la diversidad de los sonidos nacionales y se jactó de ser “inteligente” porque aprendió a “robarle un poquito a cada uno”.
Tal vez por eso es que invitados de distintos orígenes, generacionales, niveles de popularidad y raíces pudieron ponerle la voz a la multiplicidad de ritmos que el músico propone con cada uno de sus temas.
Así es cómo Liliana Herrero interpretó “Tu nombre y el mío”; Rally Barrionuevo hizo lo propio en “How Long”, el tema de su último disco que lleva la voz de Boom Boom Kid y el chileno Nano Stern puso las cuerdas propias y las del violín para la canción “Mi memoria”.
Por último, el líder de Catupecu Machu, Fernando Ruiz Díaz, sorprendió interpretando la jubilosa “Es todo lo que tengo”, primer single del álbum doble “Las crónicas del viento”. “El es tierno pero duro por fuera. Es como uno de esos besos que te rompen la boca”, lo describió su anfitrión.
Junto a los Azules Turquesas, la banda que lo acompaña desde hace una década, Aristimuño cerró el 2013 con una veintena de canciones que, durante dos fechas repletas en el Gran Rex confirmaron su rumbo de camino lento pero seguro y autogestivo.
Y ya al filo del final, y con el resultado de su trabajo frente a sus ojos, prometió un reencuentro, en el mismo escenario y para la misma fecha, para el cierre de su gira nacional del año próximo.
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