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domingo, 31 de mayo de 2009

El ultimo ritual?

La llovizna finita de anoche no pudo contra ‘el ritual’ y finalmente hubo fiesta y buena música en el Monumental. Antes más de 60 mil personas, Los Piojos tocaron a estadio lleno en Núñez dejando una agridulce sensación en los fanáticos: ¿fue el último recital?

piojos adios

Por lo pronto, fue el último recital “en mucho tiempo”. Así lo habían anunciado ya los integrantes de la banda de El Palomar. Cierto “desgaste” en 20 años de carrera los llevó a iniciar a partir de hoy “un descanso sin fecha de vencimiento”. Ya sucedió lo mismo en 2005 y volvieron; y en ello sientan ahora sus esperanzas los fans.

Lo cierto es que anoche, minutos antes de las 22, Andrés Ciro Martínez apareció en el escenario del Monumental junto al resto de Los Piojos, y desde entonces ofreció un show impecable, plagado de temas que marcaron a la banda en estos años. Abrieron el recital con "Te diría".

La dupla Ay Ay Ay "Te diría", primero a capella y después estallando, seguida por "Babilonia", inició una larga lista (fueron 30 temas en total) que definiría una largo viaje retrospectivo recorriendo los 20 años de carrera de la banda, con algunas paradas obvias ("Esquina libertad", "Tan solo" y "El farolito", por ejemplo) y otras no tanto (la siempre exigida pero hace rato no incluida "Manise", también de aquel segundo disco). Las alusiones al "parate" empezaron tímidas pero fueron tomando forma con el paso de las horas; la "noche especial", como ellos la definieron, tuvo un momento clave: Alejando Vellosa, un joven -entusiasta- piojoso, subió a leer un mail que le había mandado a la banda al enterarse del parate, en representación de todos los mensajes que recibieron a partir del anuncio.

La declaración (de amor, sí) exigía un recital número 101 y terminaba citando al Indio Solari: "las despedidas son esos dolores dulces". Y así, la incertidumbre no se disipó.

Había algo, igual, que no los dejaba bajar del escenario. El miedo a no poder volver a hacerlo nunca más o el miedo a no poder hacerlo de la misma manera, quizás. Después de muchas, muchísimas canciones y varios highlights (Ciro sacándose el maquillaje mirándose a un espejo de pie después de cantar "Fantasma" disfrazado de parca; Tavo Kupinski dedicando "Sudestada" a Pity Fernández; la bailarina elevada sobre una tarima -con movimientos de danza árabe lenta, muy lenta- para "Difícil; la Chilinga para "Verano del 92" y la invitación a Dani Buira a la batería para "Desde lejos no se ve" y "Cruel") los bises se sucedían, la cosa se negaba a terminar.

Seguir después de "Finale", el verdadero final del resto de los litúrgicos encuentros (y la re-conocida lectura de banderas), fue raro pero obligado: "vamos a seguir hasta que salgan las estrellas", dijo Ciro, antes de permitir al público elegir un tema. "Los mocosos" (denuncia rockera y cruda de Chac tu chac y "Nana no, no me dejes olvidar esta canción") fue la ganadora, y para ese entonces la lluvia seguía cayendo pero ya habían pasado tres horas y era la una de la madrugada.

Así, sí, el último, el rockandombe "Muévelo", fue ideal para que todo terminara en bailongo: subieron chicas pulposas a la pasarela, mostraron lo suyo y contagiaron energía. Debajo, el "sólo te pido que no dejen de tocar" ya no fue suficiente: hubo muchos "gracias", al público, a las bandas amigas, a los Redondos "que nos votaron hace mucho".

Y nada más; fue, se fueron y no dejaron carteles para saber cuál será su sendero. Ahora, el parate o la pequeña muerte de un fenómeno -porque sí, juntar a 65 mil almas provenientes de los puntos más extremos del país en un solo lugar es un fenómeno nacional- que supo durar dos décadas; luego, uno nunca sabe qué hay luego. Pero todo pasa, dicen.

Hasta tarde en la noche, ‘los piojosos’ corearon temas bajo la llovizna. Hoy, pasado el show, esas mismas letras vuelven y resuenan en las cabezas de los fans con otras emociones: a partir de ahora generan nostalgia.

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