Tavo Kupinski y Pablo Guerra se reencuentran en Revelados, el segundo grupo surgido de la separación de Los Piojos. Mientras Andrés Ciro lanza su carrera solista, se salan las heridas de un divorcio doloroso.
“Cuando digo que dejamos de tocar es porque Los Piojos se separaron. No se trata de una impasse como algunos salieron a decirle al público”, afirma Tavo Kupinski, ex guitarrista de los de Ciudad Jardín, recientemente incorporado a Las Pelotas (“es cumplir el sueño del pibe”, según él) y ahora gestor de Revelados, grupo con el que debutó en diciembre en el teatro Verdi de La Boca y tocó en Rosario junto a La Franela, el proyecto de otro ex compañero: Piti Fernández.
Pero Tavo no está solo; lo acompañan otros cuatro ex Piojos: Pablo Guerra en guitarra, Sebastián “Roger” Cardero en batería, “Changuito” Farías Gómez en bajo (en Los Piojos tocaba la percusión), y a ellos se suma el joven Jony Cuella en la voz (tiene 22 años y lo une a Tavo una cuestión política: es su cuñado). “En realidad, el germen de Revelados se dio entre el Changuito y yo”, relata Tavo. “Nosotros somos amigos de toda la vida. Hicimos la secundaria juntos. Con él ya había grabado algo hace cuatro años.
Después me junté con Chucky de Ipola, pero al tiempito prefirió sumarse al proyecto solista de Ciro. Por otra parte, pensamos en Sebastián, que es un buen batero y además es amigo. Y en Jony, porque fue el primero en alentarme. Me decía que tenía que tocar los temas que nunca pude hacer en Los Piojos.”
La unión de dos guitarristas virtuosos como Tavo y Pablo Guerra, también ex Caballeros de la Quema, le otorga una insignia sonora a la banda: riffs, fraseos y punteos al frente se entrelazan con letras costumbristas que le dan cuerpo a una propuesta de rock en formato canción.
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