Shirley Manson y Beth Ditto, cultivando diferentes estilos musicales que fueron del más crudo rock alternativo al funky-dance bailable, cautivaron al público en la fría noche del jueves en la velada inaugural del Festival Pepsi Music, en la Costanera Sur. El cierre estuvo a cargo de Garbage.
Seductora, esbelta, felina, Manson confirmó que es una de las “frontwoman” más interesantes surgidas en los 90, mientras sus compañeros de Garbage repasaron el decálogo del rock alternativo, tamizado con programaciones y máquinas, que ellos mismos ayudaron a construir en los últimos 20 años.
La otra dama fue la simpatiquísima, desprejuiciada y carismática Beth Ditto, quien hizo bailar a las casi 15.000 personas que coparon los terrenos de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, con la fórmula de funky-disco-dance que lleva adelante su grupo Gossip.
Con estilos diferentes, ambas vocalistas fueran las reinas de la noche y concentraron toda la atención, mientras los músicos que las acompañaron ejecutaron una gran banda de sonido para una noche de jueves .
Ditto pesa más de 100 kilos y los grandes festivales europeos como Glastonbury la aman y anoche los argentinos descubrieron porque este combo dance es una de las más interesantes propuestas festivaleras surgidas en el viejo continente.
Con un vestido ajustado de raso negro símil cuerina y descalza, Beth sedujo a todos con su vozarrón, su carisma, su humildad y su gracia, mientras sus compañeros le hacían mover la patita a todos los reunidos en Costanera Sur.
Gossip se formó en 1999 en la ciudad de Searcy, en el estado de Arkansas, y arrancó como una banda entre punk y grunge, aunque en sus primeros discos “That´s Not What I Heard” y “Movement”, la banda comenzó a encontrarle el gustito a un funk bien bailable con letras que tenían un alto contenido social en defensa de gays y lesbianas, de afroamericanos y latinos.
Con el álbum “Standing in the Way of Control”, Gossip consiguió un boom enorme en Gran Bretaña que se convirtió casi en su segundo hogar y donde Bitto pudo hacer de las suyas, burlándose incluso de su propio peso.
A esa altura, Gossip ya era una banda bailable pero a tracción humana conducida por el guitarrista Nathan Howdeshell y la baterista Hannah Blilie, junto a un tecladista y a un bajista.
Luego de haber girado junto a los Scissor Sisters y los franceses de Le Tigre y Soulwax, la banda viró hacia un rock bailable que le permitió a Ditto divertirse y divertir.
Tras saludar en castellano y leer una breve carta, Gossip se metió de lleno a repasar canciones de sus últimos álbumes, mientras bailaba sin ningún prejuicio, saludaba al público y elogiaba el vino argentino.
Bajo una lluvia de aplausos y alaridos, Ditto dejó el escenario tras convertir a la Ribera en una discoteca al aire libre, algo que ni Alberto J. Armando soñó cuando decidió edificar la Ciudad Deportiva xeneize.
El cierre de la noche estuvo a cargo de los Garbage, banda que hizo una relectura del rock alternativo desde la distorsión pero también desde las máquinas, gracias a la labor de la escocesa Shirley Manson, el afamado productor y baterista Butch Vig, el guitarrista Steve Marker y el otro guitarrista Duke Erikson.
Con programaciones, loops y mucho trabajo de los sintetizadores, la banda se propuso acompañar el trabajo de las guitarras bien crudas y distorsionadas, y a la voz sensual de Manson.
Toda esa mezcla se sirvió anoche en bandeja, la bellísima Manson, vestida con unas media negras tipo calzas, un ´shortcito´ ajustado y una remera sin mangas, que confirmaron el aura de sensual comehombres que irradia la escocesa y que completó con su andar felino, con el ronroneo que hipnotiza y subyuga.
Mientras tanto, los demás miembros de Garbage demostraron que la banda es una auténtica máquina rockera, ya que lograron que temas que puede sonar algo fríos en los discos, tuvieran una dosis impactante de calor.
El concierto abrió con “Supervixen”, lo siguió "I Think I´m Paranoid", un hit de su segundo disco, que devino en “Shut your mouth”, una canción en la que Manson confirmó que es ella la que manda en casa y en la cama.
"Why Do You Love Me", de su cuarto álbum hizo saltar a toda la gente en un pogo fantástico, mientras los guitarristas Marker y Erikson, pasaban del “muro de sonido” a lo Phil Spector a azotar sus instrumentos hasta lograr una lluvia de acoples chirriantes.
“Stupid Girl” lució remozada con una base bien dance, mientras Manson, que ya había entrado en calor, seducía a la platea masculina con sus larguísimas piernas, envueltas en medias negras.
El concierto incluyó canciones de todos sus discos “Garbage”, “Version 2.0”, "Beautiful Garbage", "Bleed Like Me” y del último “Not Your Kind Of People”, editado este año, luego de que el grupo permaneciera alejado de los estudios y los escenarios durante siete años.
También incluyeron un lado B como “Number one Crush” y no interpretaron “The World Is Not Enough, de la película de James Bond “El mundo nunca es suficiente” (1999), como tampoco el hit “When I grow up”.
Igualmente, la gente quedó más que satisfecha con un concierto de una banda que volvió en su mejor forma para mostrarse notable y poderosa.
El festival tuvo también los shows de los estadounidenses Beast Coast y The Maccabbes, aunque lo más destacado vino por el lado de lo nacional con un muy buen show de Richard Coleman, Deborah de Corral y la ratificación de que el quinteto femenino de rock de garaje Liers, es cosa muy seria. Adrián Mouján.
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