La cantante Patricia Sosa concretará su primer protagónico en cine con el estreno de “Ningún amor es perfecto”, un filme romántico de Pablo Sofovich, donde comparte cartel con Diego Olivera.
“Me ofrecieron un protagónico en cine y pensé `¿cuándo más me va a pasar una cosa así?´, así que me pareció una experiencia por la que quería pasar”, confesó Sosa en una entrevista con Télam.
Acostumbrada a encabezar proyectos musicales y habiendo sido hasta líder de una banda de rock como La Torre, aseguró que “me gustó sentirme la arcilla de otro”.
“Fue muy lindo ponerme a las órdenes de Pablo y decirle `acá estoy para que me moldees´. Eso -insistió- me pareció un trabajo maravilloso, incluso desde el punto de vista psicológico”.
Aunque Patricia sostuvo que “siempre le di prioridad al canto”, alertó que “después de hacer esta película, si me vuelven a llamar no me voy a negar”.
“Me encantó el laburo en equipo y la posibilidad de hacer cine, que me pareció un arte sublime”, subrayó la artista, de 56 años.
Capaz de comparar esas dos disciplinas artísticas, reflexionó que “la música te dispara paisajes que tenés adentro, pero el cine es el ojo de una sola persona”.
En otra referencia que liga música y cine, apuntó que “con la película me pasó lo mismo que con los discos. Uno no se está viendo a uno sino a un personaje y la única manera de disfrutar de eso es no juzgarse y, en cambio, entregarse”.
“Ningún amor es perfecto”, con guión de Patricia Agejas, cuenta las historias de Wally (Sosa), una correctora literaria que, a través de un exitoso autor de best-sellers, se encuentra con Daniel (Olivera), editor jefe en una importante editorial.
El reparto del segundo filme de Sofovich (que en 2003 debutó con “El favor”) se completa con María Rosa Fugazot, Fabián Arenillas, Luciana Lublinsky, Silvina Bosco, Alicia Aller y Marta Mediavilla, hija de la intérprete.
En el marco de esa trama romántica rodada en 2008, la cámara permite apreciar la belleza natural de la vocalista que en 1990 comenzó su carrera musical solista ligada a las baladas.
“Me han cuidado, pero más que eso me han querido muchísimo. Pablo es un tipo muy lindo y -destacó- confié totalmente en él y en su equipo de trabajo”.
Con la concreción del estreno de “Ningún amor es perfecto”, Sosa indicó que “viví un año que se vino con todo. Con grandes duelos y grandes éxitos”.
En ese balance de 2012, destacó su participación en el concurso de canto “Cantando por un sueño” (El Trece) porque “me gustó verme tan expuesta en un programa que le alegró la vida a muchos”.
“Me encantó que me haya tocado estar sentada en ese lugar, aportando lo mío para valorar a la gente que hizo el esfuerzo de llegar hasta un casting”, repasó.
Al visitar los hechos salientes de esta temporada, valoró la experiencia del álbum “Desde La Torre”, con el que volvió a bateas después de cinco años y se reencontró con el repertorio rockero del grupo que lideró en los 80.
Patricia señaló que ese álbum “me permitió revalorizar cosas que no rescataba de ese modo. Antes había pasado por encima de esos textos y ahora me siento adentro de esas canciones”.
“Para mí esta es una etapa de valorar muchísimas cosas y ver que el camino recorrido es sólido y nunca en vano. Y por eso canto con mucho resto, mucho más que el que tenía antes, aunque cantar rock no es para todo el mundo”, resumió acerca de un material que alcanzó el rango de Disco de Oro y con el giró exitosamente por todo el país.
Pese a la felicidad por estas aristas de un presente que se extenderá durante 2013, reivindicó su espíritu indómito y dijo que “conmigo nunca se sabe. Yo me dejo guiar por lo que sucede en el momento y siempre hago lo que quiero”.
Como ejemplo de esa tendencia, recordó que a mediados de los 90 “estaba planeando un disco de baladas y me terminé yendo dos años a cantar folclore con Ariel Ramírez (junto a quien grabó los álbumes `Mujeres argentinas´ y `Cantata sudamericana´) que fue lo más grande que me pasó en la vida”.
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