1924 Nace Henri Mancini.
El autor de esta música nació, suponemos que de pie, tal día como hoy de 1924 en Cleveland, la capital de Ohio. Decimos que de pie, porque son pocos los que pueden presumir de haber estado en el sitio apropiado en el momento adecuado. Pero nadie puede negar a Henri Mancini haber sido el genio que fue.
De adolescente tuvo el arrojo de hacer llegar a Benny Goodman los arreglos que escribía. Arreglos que el genio del clarinete le devolvió con la recomendación de que estudiase más.
Y lo intentó. Se matriculó en la Juilliard School, pero la guerra se interpuso y le mandaron al frente europeo como soldado de infantería. Una vez más, Henri no se arrugó y pidió el traslado a la Fuerza Aerea, donde acompañó al cantante Tony Martin y donde le escuchó el director de la huérfana Orquesta de Glenn Miller que le contrató como pianista y arreglista.
Allí, Mancini conoció a la que sería su esposa, Ginny O’Connor con la que se fue a vivir a Los Ángeles, que, como todo el mundo sabe, está muy cerca de Hollywood.
En el 52 le encargaron en 1952 la banda sonora de “Perdido en Alaska”, una película de Abbot y Costello, a la que seguirían un centenar más de bandas sonoras en apenas siete años. Y, cosas del destino, participó en las películas que se filmaron sobre las vidas de Glenn Miller y Benny Goodman.
Ya en el 58, a Mancini le encargaron la música para un proyecto tan genial como maldito: “Sed de Mal”, una película que iba a ser alimenticia para Orson Welles.
Mancini siempre dijo que la banda sonora de “Sed de mal” fue uno de sus mejores trabajos. Y tenía razón, porque, gracias a él, un joven director, Blake Edwards, se fijó en él y le contrató para uno de sus primeros proyectos, “Peter Gunn”. Con esa música, Mancini ganó sus dos primeros grammys.
Y llegó, en 1961, “Desayuno con diamantes” que fue la apoteósis. Cinco grammys y dos oscars y una canción, “Moon river”, de la que se han grabado más de mil versiones y que tiene el honor de haber sido el sencillo más vendido en los sesenta.
Después vendrían la inolvidable “Días de vino y rosas”… “La pantera rosa”… “La carrera del siglo”…. “El guateque”… “Charada”… “Dos en la carretera”…“Victor o Victoria”… y un largo y lujoso etcétera. En fin, todo un capítulo de la historia de la música y el cine que puede resumirse en una cifra: 72 candidaturas a los grammys.
Un cáncer se llevó a este músico genial el 14 de julio de 1994. Pero basta escuchar las primeras notas de cualquiera de sus melodías para combrobar que es universal.
1979 Gloria Gaynor llega al disco de platino nº 45 por su tema "I will survive"
La canción terminó por convertirse en uno de los primeros grandes éxitos de la música disco, logrando permanecer en boga hasta el día de hoy. Al poco tiempo de editarse, se mantuvo tres semanas en el nº 1 de la lista Billboard. En 2000, la canción de esta diva del rhythm & blues y el dance volvió a escucharse en las pistas de baile. Todo un himno a la esperanza y a la positividad que nunca ha pasado de moda, y que ha sido galardonado con multitud de premios.
Fue además tema central de la banda sonora original de la película "Priscilla, reina del desierto" (1994), dirigida por Stephan Elliot.
La diosa de la música, como muchos la llaman, fue además la primera artista que grabó un álbum entero de música disco. Ocurrió en 1976 y el elepé se llamó Never can say goodbye. Tras el éxito arrollador de su tema más famoso, Gloria Gaynor continuó publicando discos, pero ninguno tuvo los efectos de "I will survive".
En 2002 volvió al panorama musical con un nuevo trabajo: "I wish you love", cuyo tema más escuchado fue "Just keep thinkin’ about you", una canción hecha a medida de lo que requerían las nuevas tendencias en música disco y que se coló entre los puestos altos de las listas de ventas de EE.UU.
1990 Lou Reed y Tracy Chapman entre otros, celebran la liberación de Mandela.
Tras casi 30 años de confinamiento, en los cuales su leyenda de líder pacifista y comprometido con la causa de su país fue creciendo, Nelson Mandela fue liberado en febrero de 1990, y como acto conmemorativo, diversos artistas de la música quisieron rendirle homenaje organizando un concierto en el hoy desaparecido estadio de Wembley, en Londres. Artistas de la talla de Peter Gabriel, Lou Reed,
Simple Minds o Tracy Chapman, formaron parte de esta fiesta musical que congregó a miles de personas que saludaban la liberación del preso que en 1994 se convirtió finalmente en Presidente de la República de Sudáfrica.
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