La 25 |
Parteplaneta, El Buen Salvaje, Mustafunk, Buffer, Coverheads y De La Gran Piñata tuvieron la difìcil tarea de tocar primeros en plena siesta baradense y romper el hielo con el público. Pese a esa presión, cada banda mostró su oficio y dejó en claro que el profesionalismo no sabe de horarios.
Ya entrada la noche, aparecieron las crestas, las remeras de Ramones y el infaltable cántico "Yo soy de Attaque". En ese contexto soñado, que combina verano y rock, apareció la banda liderada por Mariano Martínez.
"Chicos y perros", "Espadas y serpientes", "San Fermín" y "Dónde las águilas se atreven" fueron los temas que más fuertes se escucharon en el público y dieron el paso a un reconocimiento de la banda a todos los despedidos del país. "Esta canción va dedicada a todos los que luchas por sus puesto de trabajo", anunció Mariano Martínez antes de que se escucharan los primeros acordes de "Setentistas".
Sólo unos minutos, que sirvieron para tomar una cerveza o comer algo, le dieron un descanso a los espectador porque después llegó Kapanga y desató la locura total con "Rock", "A través del universo" y "Bisabuelo".
Entre chiste y chiste, el cantante de este grupo de Quilmes tuvo tiempo para ocuparse de lanzar una crítica al tarifazo y pidió "que apagaran un par de luces del escenario para ahorrar energía" y hasta especuló irónicamente con "tocar sólo con guitarras criolla".
Con su taza del Gauchito Gil en la mano, el Mono invitó a todos a brindar por la amistad y dio inicio a "Mis amigos", canción de su último trabajo que grabaron con los Auténticos Decadentes. Y casi sin descando después de tanto baile, Kapanga se despidió bien arriba con "El mono relojero".
Una pequeña pausa alcanzó para que los rollingas prepararan sus banderas para recibir a La 25, que se lució con "Cruz de sal", "Cómo me gusta el rock", "Me voy a queda" y "La chica del suburbano".
Una marea naranja tapaba el campo, sólo se precibían algunas manos que debajo de esa inmensa bandera agitaba a la banda de Junior Lescano. Debajo de la gran tela, nadie veía lo que ocurría en el escenario, sólo se escuchaban los acordes de "Sólo voy" y "Hasta la victoria".
La 25 sonó contundente, no mezquinó nada y sus seguidores se fueron felices cantando sus canciones por las calles de Baradero, donde aún se respira rock and roll.
Ya entrada la noche, aparecieron las crestas, las remeras de Ramones y el infaltable cántico "Yo soy de Attaque". En ese contexto soñado, que combina verano y rock, apareció la banda liderada por Mariano Martínez.
"Chicos y perros", "Espadas y serpientes", "San Fermín" y "Dónde las águilas se atreven" fueron los temas que más fuertes se escucharon en el público y dieron el paso a un reconocimiento de la banda a todos los despedidos del país. "Esta canción va dedicada a todos los que luchas por sus puesto de trabajo", anunció Mariano Martínez antes de que se escucharan los primeros acordes de "Setentistas".
Sólo unos minutos, que sirvieron para tomar una cerveza o comer algo, le dieron un descanso a los espectador porque después llegó Kapanga y desató la locura total con "Rock", "A través del universo" y "Bisabuelo".
Entre chiste y chiste, el cantante de este grupo de Quilmes tuvo tiempo para ocuparse de lanzar una crítica al tarifazo y pidió "que apagaran un par de luces del escenario para ahorrar energía" y hasta especuló irónicamente con "tocar sólo con guitarras criolla".
Con su taza del Gauchito Gil en la mano, el Mono invitó a todos a brindar por la amistad y dio inicio a "Mis amigos", canción de su último trabajo que grabaron con los Auténticos Decadentes. Y casi sin descando después de tanto baile, Kapanga se despidió bien arriba con "El mono relojero".
Una pequeña pausa alcanzó para que los rollingas prepararan sus banderas para recibir a La 25, que se lució con "Cruz de sal", "Cómo me gusta el rock", "Me voy a queda" y "La chica del suburbano".
Una marea naranja tapaba el campo, sólo se precibían algunas manos que debajo de esa inmensa bandera agitaba a la banda de Junior Lescano. Debajo de la gran tela, nadie veía lo que ocurría en el escenario, sólo se escuchaban los acordes de "Sólo voy" y "Hasta la victoria".
La 25 sonó contundente, no mezquinó nada y sus seguidores se fueron felices cantando sus canciones por las calles de Baradero, donde aún se respira rock and roll.
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