Dia 4 - Quilmes Rock

La mejor prueba de que el rock n’ roll tiene muchas caras: se puede ser pegadizo y hitero como Turf, reo como los Ratones Paranoicos, angustioso como Evanescence, arrasador como Velvet Revolver o épico como Aerosmith, y de todos modos convivir bajo la misma denominación. Como sea: el Quilmes Rock tuvo un cierre heterogéneo, pero rockero al fin.La conexión local estuvo representada por Turf y los Ratones. Mientras que el grupo de Joaquín Levinton se dedicó a ametrallar hits (corría el rumor de que este era su último concierto… ampliaremos próximamente), los de Juanse recorrieron sus 20 años de trayectoriaA menos que uno sea un adolescente atribulado, cuesta encontrarle la vuelta a Evanescence: las canciones de la banda de Amy Lee suelen confundirse unas con otras, gracias al uso repetido de la fórmula de guitarras estridentes y alaridos dramáticos. De todos modos, la audiencia celebró el carisma y la destreza de la cantante, especialmente en los hits “Going under”, “Lithium”, “Call me when you’re sober”, “Bring me to life” y “My immortal.Con la noche ya bien instalada salió a escena Velvet Revolver, dispuesto a demostrar que las verdaderas bandas de rock n’ roll (es decir, con energía, actitud y muchos riffs y solos) son una especie en vías de extinción. Arrancaron con problemas de sonido, gracias a lo cual tardaron en arengar a la masa. Sin embargo, todo cambió a partir de la versión de “It’s so easy”, de Guns N’ Roses. A partir de allí el set se hizo más fibroso, con covers gancheros como “Wish you were here” de Pink Floyd y “Mr. Brownstone”, también de los Guns. Como era de esperarse, la acción se centrón en ese showman nato llamado Scott Weiland y en Slash, el guitar hero con mística.
Y aunque Aerosmith no permitió la transmisión de su show, estamos en condiciones de contarles que es absolutamente imposible que Steven Tyler y Joe Perry rocen los 60 años (los otros tres, bueno, puede ser). Como si el tiempo no hubiera pasado, el grupo amontonó éxitos con pura energía setentista, ya sea con el rock n' roll duro de "Toys in the attic" como con las power ballads de la era moderna "Cryin'", "Amazing" y "Crazy".