Las Pelotas, abriendo la serie de recitales gratuitos programados por el Ministerio de Cultura de Capital, se presentó el viernes pasado en el Parque Roca.
Que el asfalto quema, que la ropa se pega a la piel, que no se puede estar y que lo que mata es la humedad, no son sino moneda corriente en toda conversación entre dos en la ciudad. Y claro: es verano y los grados ascienden a más de treinta cuando el sol comienza lentamente a caer por el horizonte invisible del anteúltimo viernes de enero.
A la propuesta le pusieron el nombre de “Aires Buenos Aires, Cultura para respirar”, y ahora le llegó el turno al rock, que copa la ciudad según anuncian los carteles PRO y, entonces, a las cinco y media de la tarde arrancan los Toboganes a Marte y, poco menos de una hora después, La circulante.
El paisaje es un escenario armado dentro del estadio Parque Roca, ubicado en el barrio de Villa Soldati. Pequeño, regado de luz solar y con una importante cantidad de hombres de control que, en un tiro poco afortunado para el clima pero acertado para el comercio, quitan toda botellita de agua o bebida cola de su vista, mientras entorpecen el paso veloz de los que tuvieron que suplicarle a su jefe que los deje salir un poco más temprano y así poder asistir a tiempo al show que, pasadas las siete, darían Las Pelotas.
Tu memoria es tan frágil
“Tormenta en Júpiter”, “La mirada del amo”, “Hoy me desperté”, “Cómo se curan las heridas”, “Dicen que la distancia” y “Siento luego existo” son las de arranque.
Ajustados, de aparente relajación y vestidos, quién sabe si casualmente, de negro, rompen el silencio después de que suene “Será”: “No puedo decir que estamos felices pero el mejor homenaje es que sigamos tocando con todos ustedes acá”, dice Germán Daffunchio.
A eso le siguen, quién si sabe si casualmente, “Si supieras” y el flamante lanzamiento “Que estés sonriendo”.
También se dan tiempo para estrenar en vivo dos temas nuevos que el público bien recibe. Un público que va llegando a medida que las canciones corren y puebla muy lentamente las gradas del pequeño estadio porteño. Algunos agitan sus remeras, saltan o charlan con algún conocido mientras otros no ven por qué no seguir cantando el clásico “Vamos vamos vamos Las Pelo” entre canción y canción.
En una jornada que tuvo más de una dedicatoria, la de “Capitán América” fue para el nuevo presidente de los Estados Unidos, Barack Hussein Obama: “Fieles a la felicidad de todo el mundo, se la dedicamos a nuestro nuevo presidente”, ironizó Daffunchio.
Además, aprovechó la ocasión para disculparse por ser agreta y mezclar, entre la tarde de música y tristeza, temas de actualidad, mostrándose molesto por la cantidad de cárceles que posee la CIA por todo el mundo y que aún no cierran (en referencia a la orden de cierre de la prisión de Guantánamo).
Volviendo a lo que habían ido, la dedicatoria sigue: “Bombachitas rosas” es para “un amigo que está en el cielo” y para otro, que ya tampoco tiene los pies sobre esta tierra, suena uno de Luca Prodan, líder extrañado de Sumo.
“Esperando el milagro”, “Sin hilo”, “¿Cuando podrás amar?” y “Sueños de mendigos” pasan y emocionan a uno de la tribuna, que abraza a su chica mientras seca sus lágrimas con una remera de El Vuelto SA, último banda que pudo contar con la presencia y pasión del enorme Alejando Sokol, que nos dejó el pasado 12 de enero.
Ahora sí. La primera jornada de este ciclo de recitales de rock gestionado por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, había culminado, cuando la noche aún no caía sobre la ciudad. Por delante quedan aun más jornadas de reggae, rock y pop, entre otras actividades. A estar atentos.
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