La historia del rock nacional en la única voz capaz de contarla.

Superficial sería ir a escuchar a Fabiana Cantilo cantar y ver sólo un show correcto, con una puesta en escena fácil y temas que el público conoce y recuerda. Pero no todo se resume a una artista de probado magnetismo y a una propuesta a la moda de los revivals. Allí en el escenario del teatro El Círculo está una de las protagonistas del rock nacional y quizás la única voz legítima para abarcar la riqueza de un movimiento que marcó a fuego a varias generaciones de argentinos.

El recorrido que Cantilo propone no tiene pretensión histórica ni estilística, y está sintetizado en "Inconsciente colectivo" y "La vereda del sol" (de reciente aparición), discos en los que versiona éxitos del rock nacional. Para ellos, sólo se eligieron canciones que cupiesen en su registro vocal y pudiesen ser arreglados con algún dejo de creatividad.

De todos modos, la Fabi canta con una ventaja: la del atractivo que produce en el público el automático reconocimiento de temas y autores, todos y cada uno de ellos parte de la biografía de chicos y grandes.

Los hits. La noche comenzó con un cambio en la lista de temas en honor a Rosario. "La vida es una moneda" de Baglietto y "Brillante sobre el mic" de Páez abrieron el show. La dedicatoria de Fito a, en ese momento su pareja, Cecilia Roth, puso incómodos a los fanáticos que se calmaron luego con una bellísima versión de "Fue amor", en la que la Cantilo fue fuente de inspiración del rosarino.

El otro autor reiterado en el programa fue Calamaro. "Dulce condena", "Costumbres argentinas", "Me arde" y "Mi enfermedad" resumieron también el trabajo del músico con Los Abuelos de la Nada y con la propia cantante.

De Enanitos Verdes sonó "Cartas sin marcar", de Divididos "Spaguetti del rock", de Suéter "Amanece en la ruta" y de Pericos "Pupilas lejanas".

La sección ídolos no fue la más festejada pero sí la más emotiva. "Tema de Pototo" y "Maribel se durmió" de Spinetta, y "Cinema verité" y "Eiti Leda" de Serú Girán, junto a "Inconsciente colectivo" de Charly García, transportaron en el tiempo a una platea de una inmensa apertura etárea.

Más de todo. A esa lista de hitos del rock vernáculo, Cantilo sumó temas de sus discos solistas, como "Júpiter" y "De una vez" de "¿De qué se ríen?", y "Una tregua", "Zamba de Totó" (dedicada a su abuela) e "Hija del rigor", que da nombre también a la placa de 2007.

También hubo lugar para antiguas creaciones como "Amor equivocado" del disco "Golpes al vacío" y "Ya fue" de "Sol en cinco".

"Nada es para siempre" y "La libertad", sólo con guitarra, quedaron para un bis apoteótico con "Cleopatra" y "Mary Poppins y el deshollinador". Aunque tanto seducción en la piel de Cantilo no pudo con un público sentadito, muy dócil para un gran recital de rock.

Fuente: La Capital.com.ar