Irón Maiden arrasó en Velez, con "The Final Frontier".

Irón Maiden arrasó anoche con su tribu metalera en el estadio de Vélez Sarsfield, donde brindó un impactante show en su octava visita récord al país como parte de la gira mundial "The Final Frontier", inspirada en su último trabajo de estudio.

El grupo británico de heavy metal cautivó al público con sus temas más tradicionales junto a un puñado de cortes de su más reciente obra, como "El Dorado", el soberbio "The Talisman" (El Talismán) y "Satellite 15... the Final Frontier", con el que La Doncella comenzó el recital.

Más de 40 mil personas disfrutaron de un nuevo concierto de Iron Maiden en el país y ovacionaron a sus ídolos al término de un espectáculo que reunió en Liniers a jóvenes seguidores de la banda -formada en 1975 en Londres- con nostálgicos metaleros de pelo largo, remera negra y cinturón de tachas.

El grupo liderado por el bajista Steve Harris y el vocalista Bruce Dickinson logró extasiar a la muchedumbre con clásicos de la talla de "The Number of the Beast" (El Número de la Bestia), "2 Minutes To Midnight" (Dos minutos para la Medianoche) y el genial "Fear of the Dark" (Miedo a la Oscuridad), antes de despedirse con "Running Free" (Corriendo libre).

Como ya es tradición, Dickinson arengó una y otra vez a los fans con su "Scream for me Buenos Aires" (Grita para mí Buenos Aires), sobre todo antes de que la "mascota" de la banda, Eddie, irrumpiera en el escenario como parte del cotillón del hit fundacional del grupo, "Iron Maiden".

Y fiel a la liturgia metalera local, el público acompañó con coros los estribillos más populares de La Doncella, incluso hasta quedarse afónico con temas como "Fear of the Dark", convertido en los últimos años en un himno de la banda.

Canciones de antología como "Hallowed Be Thy Name" (Santificado sea tu nombre), "The Trooper" (El Soldado) y el virtuoso "Dance Of Death" (Danza de la Muerte) también dieron rienda suelta para que la gente delire en el campo.

La tribu metalera nacional volvió a rendirle tributo a los luthiers de Eddie y pusieron en evidencia por qué a la banda, que lleva más de 90 millones de discos vendidos desde 1980 hasta la fecha, le fascina tocar en Buenos Aires.

Después de que el grupo de heavy metal melódico Kamelot, de origen estadounidense, calentara los motores de la afición, Iron Maiden convocó a la Bestia para que ascienda del infierno y devore las almas poseídas de cuanto fanático de rock pesado que encontró a su paso en el estadio José Amalfitani.

Luego, a la muchedumbre sólo le quedó algo de aliento para ovacionar a Dickinson, Harris, Dave Murray (guitarra), Adrian Smith (guitarra), Janick Gers (guitarra) y al colosal Nicko McBrain (batería), en la despedida del escenario de la banda de heavy metal de habla inglesa más "argentina" del mundo, como lo demuestran sus ocho visitas récord al país.

El recital comenzó a las 21,30 y se extendió durante una hora y cincuenta minutos para finaliza a las 23,10 , al cabo de 16 vibrantes canciones.

La escala argentina de la gira 2011 sirvió además para que La Doncella de Hierro grabe aquí imágenes que serán luego incluidas en el DVD con fecha de lanzamiento estimada a fines de año y lo mismo ocurrirá el próximo domingo en Santiago de Chile, en la continuidad del "The Final Frontier World Tour".

Los Maiden junto a nosotros como cautivos habíamos cruzado "La Frontera Final", en dos horas y 16 temas. Más allá de quienes antes de avanzar en un recital de heavy metal debieran aprender aquello que predicaba V8 con su disco “Un paso más en la batalla”. Nunca un paso menos ni un paso atrás

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