Ante un Teatro Flores colmado en su capacidad, el groove metal de Lamb of God se unió al hardcore punk de Hatebreed y también con el metal gótico-alternativo de los italianos de Lacuna Coil, en el marco del encuentro Buenos Aires Liberation Fest.
El plato fuerte de la velada metalera lo constituyó la segunda presentación en Argentina del grupo Lamb Of God, formado hace 18 años en Richmond, Estados Unidos, llegó para presentar los temas de su último disco "Resolution".
Por espacio de casi una hora y media de concierto y ya en el cierre del festival, el conjunto comandado por su personal y carismático vocalista Randy Blythe, sumó la efectividad de los violeros Mark Morton y Willie Adler, más el acompañamiento del bajo de John Campbell y la batería de Chris Adler.
Toda la adrenalina y la violencia de su música mostró las credenciales en temas como "Desolation", "Ghost walking", "Set to fail", "The undertow", "Contractor", "The number six" y los bises con los esperados y ovacionados: "Redneck", "Black label", "Omerta" e "In your words".
Por su parte, los italianos de Lacuna Coil quienes tocaron en el inicio de la noche en un set de solamente seis composiciones, pusieron énfasis en su más reciente cd "Dark adrenaline" en el que combinan el metal gótico alternativo, con el hard rock y el más puro heavy metal, fórmula con la que es considerada una de las bandas más importantes de Italia.
Dos interesantes vocalistas como Cristina Scabbia y Andrea Ferro, las crudas guitarras de Cristiano Migliore y Yonathan Saura, junto al bajista Marco Zelati y los sobrios parches de Cristiano Mozzati, asumieron canciones como "I dont`t believe in tomorrow", "Kill the light", "Upsidedown", "Heaven`s a lie", "Trip the darkness" y "Spellbound".
Mientras que el hardcore punk combinado con el groove metal estuvo muy bien representado por Hatebreed, que provocó el delirio de sus fans quienes no dejaron de hacer pogo durante toda la actuación de la banda formada en New Haven, Estados Unidos.
La agrupación integrada por Jamen Jasta (voz), Wayne Lozinak y Frank Novinec (guitarras), Chris Beattie (bajo) y Matt Byrne (batería), descolló desde temas como "I will be heard", "Smash your enemies", "As diehard as they come" y "Destroy everything", que marcaron los picos altos de su avasallante y rítmico show.
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