Un día como hoy, pero de 1961, nació Andrés Calamaro en Buenos Aires. Han pasado ya 51 años y a lo largo de su vida y de su carrera son numerosas las aportaciones que ha hecho al mundo de la música, en particular al rock en español.
La carrera de Calamaro inició desde 1978 pero fue hasta su incursión como tecladista en el grupo Los Abuelos de la Nada, en donde se dio a notar también como compositor; sobre todo con su primer tema conocido: “Sin gamulán”, y más adelante con “Mil horas.
Con el paso del tiempo, estos y otros temas de su autoría serían incluidos en su repertorio habitual como solista.
Luego de dejar a Los Abuelos y realzar cuatro discos como solista decidió iniciar un nuevo proyecto en España al frente de Los Rodríguez, con quienes grabaría tres placas discográficas.
De este periodo se desprenderían éxitos como “Sin documento” o “La milonga del marinero y el capitán”. Finalmente, en 1993, Calamaro dejaría este proyecto para enfocarse de nuevo a su vida como solista, no sin antes dejar grabados un par de discos de rarezas, lados “B” y covers, además de otros álbumes en vivo.
Para quienes están familiarizados poco con la vida de Calamaro previa a esta etapa, el sencillo “Flaca” de su álbum Alta suciedad es quizá el tema más representativo, aunque para entonces ya era una figura bastante conocida en Sudamérica y España, además de Argentina. Para el 2006 los años en la música le corresponderían con un disco doble en homenaje a su trayectoria.
A lo largo de su carrera, Calamaro no sólo ha demostrado ser un excelente compositor y músico, sino que ha sabido asociarse con otros colegas suyos para la re interpretación de piezas ya consagradas por otros autores como Joaquín Sabina o José Alfredo Jiménez, que bajo su mano han recibido el toque característico del “salmón”, como se le conoce también; siempre contra la corriente, pero sin dejar de nadar.
Es una de las primeras figuras del rock en nuestro idioma, admirado por músicos y aficionados.
Entre su extensa discografía, resultan imprescindibles: Buena suerte (de 1991, junto a Los Rodríguez), Sin documentos (1993, con Los Rodríguez), Palabras más, palabras menos (1995, también con Los Rodríguez), Nadie sale vivo de aquí (1990), Alta suciedad (1997), Honestidad brutal (1999), El salmón (2000), El regreso (2005), El palacio de las flores (2006) y La lengua popular (2007).
La mayor prueba son estas más de cinco décadas suyas en las que aún sigue deleitando a su público.
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