“Un disco tranquilo, de alguien que siguió esa travesía que iba del blues al soft rock apto para todos los públicos, pero, demonios, ahí quedaba esa particular manera de rasgar la guitarra, generando uno de los sonidos más elegantes de la historia del rock”
Considerado una de las obras maestras de Eric Clapton en solitario (al lado del debut homónimo de 1970 y de “461 Ocean Boulevard”), “Slowhand”, publicado en 1977, es el disco que incluye ‘Cocaine’, el tema de J.J. Cale con el que Clapton accedió a las listas de venta: con toda la guasa que tiene que una letra que hace abiertamente apología de la farlopa (“Si recibes malas noticias, / quieres patear la tristeza, cocaína. / Cuando el día acaba / y quieres correr, cocaína. / Ella no miente, ella no miente, ella no miente, ¡cocaína!”) se escuchara en las emisoras de radio como si nada (¡imaginen semejante cosa en estos tiempos de oscurantismo conservador-liberal que vivimos!).
Se trata de un disco tranquilo, de alguien que siguió esa travesía que iba del blues al soft rock apto para todos los públicos (en eso coincidió con Fleetwood Mac), pero, demonios, ahí quedaba esa particular manera de rasgar la guitarra, generando uno de los sonidos más elegantes de la historia del rock: ¡de mano lenta, nada!
Aunque grabado en Londres (con producción de Glynn Jones), y como siempre en Clapton, es un disco de impronta estadounidense, que circula entre la balada pop (‘Wonderful tonight’, ‘May you never’), el country (‘Lay down Sally’, ‘Next time you see her’), el rock (el largo, rugoso y denso ‘The core’, con espacio para que Clapton se luzca con su guitarra y para que Mel Collins haga lo propio con el saxo) o el blues-country (‘Mean old Frisco’), e incluso tiene cabida un tema tan inclasificable como el hermoso instrumental ‘Peaches and diesel’ que cierra el álbum.
Canciones que, más o menos, quedaron ensombrecidas por el poder de ‘Cocaine’, que catapultó el álbum y que, de paso, sacó de la cómoda oscuridad en la que vivía al genial J.J. Cale. En todo caso, no es “Slowhand” el disco puramente “mainstream” que se le supone, no, es una obra que, desde el blues, mira a otros géneros, en ocasiones buscando lo relajado y en otras apostando por trazos más rítmicos, brillante en todo momento.
Pero hay más, porque esta edición del treinta y cinco aniversario editada en formato Deluxe, se completa con cuatro temas que, grabados en las mismas sesiones de “Slowhand”, no han salido a la luz hasta ahora: son tomas algo ásperas, con la gracia de no estar pulidas del todo: ‘Looking at the rain’ (sencilla y estremecedora versión del tema de Gordon Lightfoot), la tradicional ‘Alberta’, el blues ‘Greyhound bus’ y la maravillosa ‘Stars, strays and ashtrays’. Buen material para completistas, desde luego.
Además, un segundo cedé grabado en directo en Londres, en el Hammersmith Odeon en abril de 1977, un mes antes de que comenzaran las sesiones de grabación de “Slowhand”, y con la misma banda base que grabó el elepé (así que la secuencia sonora tiene todo el sentido), da muestra del pulso rockero que mantenía Clapton en vivo en aquel tiempo. Se abre con fuerza con ‘Tell the truth’, sigue con el ‘Knocking on heaven’s door’ dylaniano convertido en paladeable reggae, como reggae es la demoledora versión del ‘I shot the sheriff’, de Marley, perdida en solos hasta alcanzar los catorce minutos (por estas cosas el punk quería acabar con el rock de la época).
Es una banda engrasada y potente que, versátil, lo mismo suena dulce como se acelera y echa humo en cortes como ‘Steady rolling man’, ‘Further on up the road’ o en esa toma fiera del glorioso ‘Layla’. Para nada este es un directo menor o de relleno, ¡muy al contrario! Texto: JUAN PUCHADES.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario