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sábado, 14 de abril de 2007
Dia 2 - Quilmes Rock.
En la segunda jornada del Quilmes Rock estuvieron presentes las múltiples encarnaciones del pop: bohemio, ingenuo, elegante, sugerente y melanco-dulzón. Estelares, Árbol, Psychedelic Furs, Babasónicos y Keane fueron los protagonistas de una tarde-noche plagada de melodías contagiosas y acordes poderosos. Mientras todavía brillaba el sol les tocó el turno a los platenses capitaneados por Manuel Moretti. El grupo confirmó su ascendente actualidad ante una considerable cantidad de espectadores que, si bien no reconocieron temas de sus tres producciones anteriores, sí corearon a viva vos los temas de Sistema Nervioso Central, su trabajo más reciente: “Aire”, “Un día perfecto”, etc.La novedad del show de Árbol sigue siendo la ausencia de Eduardo Schmidth: las canciones que solían ser “suyas” no dejan de sonar extrañas en la voz de su coequiper Pablo Romero. Por lo demás, el grupo de Haedo volvió a ofrecer un set de rock cándido con mayoría de temas de Guau!: “Chikanorexika”, “Osvaldo”, “Trenes, camiones y tractores” y “Pequeños sueños” deleitaron al público Sub 18. Y para el final, un sorpresivo cambio de planes: en lugar de “Ji ji ji” de Los Redondos interpretaron en forma coral “La balsa” de Los Gatos.Lo de Psychedelic Furs fue, salvo para un minúsculo pero persistente grupo de fans que vivieron el show a full, un interesante intermezzo para esperar a los grupos que cerraban la velada. Su esencia new wave sofisticada se sobrepuso, incluso, a los problemas de entonación de su cantante Richard Butler. Se oyeron “Heartbreak beat”, “President gas”, “Heaven”, “Love my way”, “Pretty in pink” y muchos otros hits subterráneos para treintañeros nostálgicos. Lo que muchos, muchos de los presentes fueron a presenciar llegó alrededor de las 21:20 hs, con los primeros acordes de “Así se habla”. Babasónicos salió a escena dispuesto a demostrar que River no lo intimidaba: con color y carisma, la banda basó su presentación en sus últimos tres discos de estudio y confirmó su status de “grupo ideal para ver en vivo”. La intensidad del show fue incrementándose gradualmente: “Y que” fue la primera chispa, “Yegua” levantó temperatura, a la altura de “Délectrico” ya habían seducido a los más de 20 mil espectadores y, para rematar, dispararon “Putita”, “Carismático” e “Irresponsables”.Sólo quedaba develar la incógnita de Keane: ¿Cómo sonaría en el Monumental una banda sin guitarras? Y a decir verdad, la sorpresa fue grata (aunque lo hubiera sido más de haber contado con un sonido al 100 por cien). El set de la banda británica confirmó la disparidad entre sus dos álbumes: temas como “Everybody’s changing”, “Bend and break” o “Somewhere only we know” (de su primer LP) se oyeron más fibrosos y emotivos que “The iron sea”, “Nothing in my way” o “Is it any wonder?” (de su segundo disco). De todas formas, el tecladista Tim Rice-Oxley derrochó energía y el cantante Tom Chaplin demostró que todo el carisma que le falta en el estudio lo tiene sobre las tablas.
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