Los privilegiados fueron mil doscientos presos con buen comportamiento, quienes llenaron la capilla del penal.
El escenario se montó delante del altar.
Gustavo Cordera y La Caravana Mágica interpretaron canciones de sus 4 álbumes y también, algunos de Bersuit Vergarabat, la anterior banda del Pelado.
"Era una buena manera de comenzar un ciclo para la Caravana Mágica, conectar con esta sensibilidad: con gente que siente que tiene todo perdido, como muchas otras que están libres en la sociedad”. “La música está para sanar a los seres humanos y para que puedan transmutar sus emociones: el resentimiento, el odio, la ira. Ahora estoy en un lugar totalmente distinto: es algo sagrado”, declaraba Cordera en su posterior conferencia de prensa.
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